Para muchos, la llegada de la pandemia en el 2020 significó no solo familiarizarse con temas de salud, sino también empezar a conocer un poquito más sobre cómo funciona la ciencia. En nuestro país, los medios de comunicación empezaron a centrarse en esa temática, tratando de acostumbrarse a ese tipo de cobertura. Pero para El Comercio, la práctica del periodismo científico siempre fue una tradición.
Esa tradición se inició el 8 de setiembre de 1902, cuando un Óscar Miró Quesada de la Guerra, con tan solo 16 años, utilizando el anagrama Racso que se convertiría en su distintivo, publicó en este diario un artículo sobre el hipnotismo. Desde entonces, su fascinación por la ciencia y la tecnología le hizo aprovechar las páginas de El Comercio para explicar los más recientes acontecimientos históricos vinculados con la investigación científica o por cómo funcionaban los nuevos inventos tecnológicos.
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Racso fue una figura destacada del conocimiento. Estudio Filosofía y Letras, y se doctoró en Jusirprudencia en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Sin embargo, siempre tuvo en claro la importancia de compartir el conocimiento con los demás y el periodismo fue su herramienta para hacerlo llegar a más gente. “Si el pueblo no puede ir a la universidad, la universidad debe ir al pueblo”, dice una de sus frases más citadas.
Fue el responsable de explicarle a los lectores, a través de nuestras páginas, detalles sobre cómo funcionaba el televisor o cómo fue el proceso de la llegada del hombre a la Luna. Sin embargo, el pasaje más recordado en su labor como periodista científico tiene que ver con Albert Einstein y su teoría de la relatividad.
Una carta para recordar
En el 2006, el filósofo Francisco Miró Quesada Cantuarias —hijo de Racso— escribió un artículo en el que recordaba el momento cuando Albert Einstein le envió una carta de felicitación a su padre, cerca de la Navidad de 1939, por sus artículos en los que explicaba la teoría de la relatividad.
“A los cincuenta años, para comprender la teoría de la relatividad de Einstein, aprendió matemáticas y física. Y, entusiasmado por la genial teoría, escribió treinta artículos sobre ella, a los que agregó tres o cuatro sobre la teoría de los cuanta. Un amigo le dijo que se los enviara a Einstein, pues estaba seguro de que los apreciaría. Pero Racso, modestamente, le respondió, no le voy a mandar nada, qué los va a leer. Entonces, el amigo se los envió, y sucedió algo extraordinario. Un día estábamos almorzando en casa, y un cartero tocó la puerta de calle. Salió el mayordomo y le fue entregada una carta. La llevó a la mesa, y ¡la carta era de Einstein! Estaba en alemán. […]. Einsten decía: he leído con mucha atención los artículos que Ud. me ha enviado sobre la teoría de la relatividad, y los cuanta tal como los expongo en el libro que he escrito con mi colaborador Indfeld [La evolución de la física]. Su exposición es correcta, lo felicito. Racso publicó un libro recopilando sus artículos, titulado La relatividad y los cuanta”.
Tradición que aún se mantiene
En un video que data de 1986, pero que fue subido en el 2012 en el canal de YouTube del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec), el intelectual Luis Alberto Sánchez menciona que el periodismo científico peruano se inicia en 1791 en el “Mercurio Peruano”, con la publicación de artículos de José Baquíjano y Carrillo y fran Manuel Sobreviela, con minuciosas descripciones del Perú y de expediciones a la amazonía.
Sin embargo, en un informe realizado por la periodista Katherine Subirana de El Dominical, por el 181 aniversario de El Comercio, el historiador Marcos Cueto en su texto “La organización de una cultura científica en Lima” y la periodista María Mendoza Michilot, en su libro “100 años de periodismo en el Perú”, coinciden en reconocer a Racso Miró Quesada como el principal cultor del periodismo científico en el país. Incluso, Mendoza señala que el primer artículo de Racso “se publicó en 1901, es decir, mucho antes del nacimiento de esa rama del periodismo, que se ubica en 1920″. Por ello, Subirana afirma que “el periodismo científico nace y crece en las páginas de este diario”.
Desde entonces, El Comercio siempre ha estado comprometido con difundir de la mejor manera la información más relevante del ámbito científico -en todas sus ramas- a través de sus páginas, primero, y luego también por la web. Siempre, siguiendo el camino trazado por la figura de Miró Quesada de la Guerra.
Es así como, tras el fallecimiento de Racso en 1981, Tomás Unger es convocado para escribir en la página de Ciencias. En este caso, para cumplir una labor de divulgación científica que mantuvo por más de cuatro décadas. Por las páginas de El Comercio pasó también, durante la década de los ochenta, la recordada periodista y ecologista Barbara D’Achille, quien contaba con una habilidad destacable para explicar de manera muy sencilla los diferentes procesos complejos de la naturaleza.
Ya en este nuevo siglo, la página de Ciencias se ha visto reforzada por la presencia semanal, desde julio del 2008, con los artículos del reconocido oncólogo y experto en Salud Pública, Elmer Huerta.
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Lo que se viene
Con la pandemia (aparentemente) amainada, los medios de comunicación -tanto los tradicionales como los nativos digitales- que se volcaron a informar sobre ciencia y salud, poco a poco se han ido olvidando de esos temas. La justificación más común es que la ciencia es aburrida, difícil y que no es del interés de la audiencia, pese a que se demostró lo contrario en los últimos tres años.
Por ello, desde El Comercio continuaremos honrando el legado de Oscar Miró Quesada de la Guerra, Racso, utilizando nuestras páginas para llevarles siempre la información más relevante de la ciencia y la tecnología.
- Se llama comunicación científica o de la ciencia a todos los procesos comunicativos entre los integrantes de la comunidad científica y con la sociedad.
- Dentro de ella se encuentran la difusión y la divulgación científica. La difusión se presenta cuando los científicos o instituciones académicas comparten información, noticias y resultados de sus investigaciones entre sí, buscando la comprobación de sus hallazgos.
- Cuando se llevan los conocimientos generados por la academia al público en general se está haciendo divulgación científica. Esta la realizan profesionales de carreras científicas o, inclusive, profesionales de otras disciplinas que tienen interés por la ciencia y que cuentan con las herramientas comunicativas para clarificar conceptos para hacerlos de interés general. El recientemente fallecido Tomás Unger (ingeniero), Elmer Huerta (oncólogo) y Aldo Bartra (comunicador y autor del canal de YouTube El Robot de Platón) son claros ejemplos de divulgadores científicos.
- Dentro de la divulgación científica se encuentra el periodismo científico. En este caso se trata del ejercicio del periodismo tradicional, pero teniendo como fuente principal los hechos relacionados con la ciencia y la tecnología. Aquí, el uso de fuentes diversas, verdaderas y verificables, de una narrativa que sea comprensible por el público en general, así como otras herramientas comunicacionales efectivas son claves para su ejercicio. Eso es lo que practica El Comercio, incluso desde 1901 gracias al incansable trabajo de Racso Miró Quesada de la Guerra.
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