Las historias apocalípticas han sido una constante en el imaginario popular, quizá motivadas por la natural pulsión tanática del ser humano. Pero que esos relatos tengan un pie mejor asentado en la tierra, es decir, que luzcan más verosímiles y apegados a la realidad, es una respuesta inequívoca a nuestros tiempos actuales, marcados por la zozobra y el miedo.
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De allí que pueda explicarse, por citar solo un ejemplo, el éxito de una película como “Don’t Look Up” en Netflix. Una cinta divisiva, con entusiastas defensores y feroces críticos, pero que no ha dejado indiferente a casi nadie. Y aunque la película de Adam McKay es una comedia satírica, aprovecha los debates contemporáneos en torno a la crisis climática, las teorías conspirativas y las ‘fake news’ campeando por la red.
Un poco de eso es lo que hace también “Station Eleven”, reciente miniserie de HBO Max. Lo hace sin el humor negro de “Don’t Look Up” y, de hecho, lo hace mejor. Porque su historia se ambienta en el contexto de una pandemia de gripe que comienza a mermar a la población mundial, con resonancias más que evidentes de la crisis por el COVID-19 que ya llevamos dos años enfrentando.
Curiosamente, “Station Eleven” es en realidad una adaptación de la novela del mismo nombre de la escritora canadiense Emily St. John Mandel, publicada en el 2014. Es decir, un libro que se anticipó a la crisis actual. Pero los autores de su versión televisiva –Patrick Somerville es el creador– han sabido sacar partido de la coyuntura para hacer la ficción mucho más parecida a la propagación del coronavirus que sorprendió a propios y extraños.
Y allí está el primer y más saltante atributo de la serie: una escalofriante capacidad para mostrarnos los momentos iniciales de una pandemia, con situaciones cargadas de incertidumbre, miedos, desconfianza y desinformación. Los primeros episodios de “Station Eleven” nos conducen a esas semanas en que el COVID-19 lucía como un monstruo invisible dispuesto a aniquilarnos, extendiéndose por aeropuertos, colapsando hospitales, empujando a masas que se abastecían desesperadas en supermercados para luego encerrarse en sus casas.
Ese sentimiento de extrañeza se ve acentuado por una estructura narrativa peculiar: los guionistas de “Station Eleven” optan por los saltos temporales y las historias cruzadas, sumiendo al espectador en un desconcierto similar al que los personajes padecen. Por eso el inicio de la serie va entregando información a cuentagotas, sugiriéndola más que contándola, apelando sobre todo al tono y a la atmósfera para absorber la atención.
En cambio, los capítulos 4 y 5 (hasta allí ha avanzado la serie por lo menos en Latinoamérica, con entregas de dos episodios por semana hasta completar los 10) comienzan a mostrar acción más directa. El argumento es narrado en varios tiempos (el pasado prepandemia, la irrupción del virus, y el futuro posapocalíptico), pero de a poco empiezan a atarse cabos, a dilucidarse extrañas conexiones entre los personajes, y a crearse conflictos de interés.
No por nada las alusiones a Shakespeare aparecen como un ‘leitmotiv’. Hay una puesta en escena del “El rey Lear” y otra de “Hamlet”, varios de los protagonistas son actores o escritores, e incluso hay una compañía de teatro itinerante. Porque en el fondo “Station Eleven” aborda las vicisitudes de la pandemia desde el punto de vista de la representación. Como un gran espectáculo en el que la gente debe ir formando bandos (sintomáticos y asintomáticos, cautelosos y escépticos, etc.) y en el que los conflictos surgen casi por generación espontánea.
En esa línea shakesperiana, “Station Eleven” también es una historia de traiciones, presagios y predestinaciones; de lo azaroso en las relaciones personales y las conductas colectivas; de gente trastornada, al borde del colapso y la locura. Una serie sobre la pandemia, pero que escarba en lo que puede ser el verdadero futuro de la humanidad: uno mucho más realista pero no por ello menos perturbador.
Sepa más
- “Station Eleven” es protagonizada por Mackenzie Davis, Himesh Patel, David Wilmot, Gael García Bernal, Danielle Deadwyler, entre otras figuras.
- Está disponible en la plataforma HBO Max. Estrena nuevos episodios cada jueves.
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