Para Fernando Vivas, crítico de televisión de este diario, el final de la segunda temporada de “Al fondo hay sitio”, aquel en el que aparecía Luchito como resucitado de entre los muertos, es hasta ahora un reto difícil de superar para los guionistas del programa.
En aquel momento, explica Vivas, los guionistas lograron reunir en una misma escena a los principales personajes de la historia y, además, dejar un gran misterio para la temporada siguiente, cosa que no consiguieron de manera contundente en el episodio que se emitió anoche para cerrar el quinto año al aire.
Ese gran final fue inigualable porque reunió a casi todo el grupo. Fue un final. En este caso, como no había un gran evento, aunque pudo haber sido el nacimiento de la hija de Nicolás y Grace, recurrieron a varios pequeños finales que dejaran pistas para la próxima temporada () No hubo un final contundente, que juntara a todo el equipo y que introdujera un gran giro. (Lograrlo) es muy difícil. Tendría que ser una gran boda o una gran emergencia. ¿Pero qué? ¿Un terremoto, una tragedia, un entierro? Pero eso no va con el tono de la serie, que es muy amable y armoniosa, explicó Vivas.
En su balance de este esperado desenlace, Vivas destacó la evolución de algunos personajes como Francesca (Yvonne Fraysinet) y Charo (Mónica Sánchez); además, la posibilidad de presentar una mejor historia el próximo año.
(El último episodio) no estuvo mal. No ha sido algo contundente, pero dejó suficientes pistas para que la próxima temporada pueda ser mejor que las anteriores si es que es la última, cosa que no saben ni Efraín Aguilar, ni Gigio Aranda, ni el canal y mucho menos el elenco, sentenció Vivas.