AARÓN ORMEÑO @aaronormeno
Los pobladores de la comunidad quechua El Wayku, en Lamas (San Martín), se sienten realmente orgullosos de todo lo que pueden hacer con sus manos. La cerámica y la textilería son actividades que han aprendido de sus padres, pero se han desarrollado desde tiempos bastante alejados. Ellos son descendientes de los chancas, aquella civilización preinca caracterizada por su fuerza bélica.
Los habitantes de El Wayku son personas bastante amables y cuyas técnicas artesanales han quedado un poco olvidadas. La fineza de los acabados de su cerámica y las simpáticas figuras que las decoran son bastante agraciadas y llaman la atención de los turistas. Ellos nunca han dejado de producir estos objetos para su vida cotidiana. Siempre usan prendas, mantas, bolsos, vasijas, ollas y otros utensilios.
Para la cerámica utilizan una combinación de tierra amarilla, blanca y otros elementos. La producción de cerámica es una actividad realizada mayormente por las mujeres de la comunidad y la aprenden desde niñas, jugando con la masa para hacer la base de lo que posteriormente serán grandes tinajas.
La textil, por su parte, sí es una actividad desarrollada tanto por hombres como mujeres. Ambos comparten las responsabilidades de la recolección de las plantas para dar el color o de buscar el algodón para los hilos. Las mujeres desarrollan una actividad casera que se llama “shucsheo”, la cual consiste en hacer uso del “shucsho” (herramienta de madera que gira en el piso como un trompo y sirve transformar la fibra del algodón en hilo).
También utilizan un rústico e inmenso telar, además de un telar a cintura que va atado a una columna de la habitación. La iconografía representa la vida y el lugar donde viven los artesanos. Esta también es una actividad que aprenden desde muy niños. Así continúan trasmitiéndose la tradición. Hay que recordar que la cultura viva también es parte de la riqueza de los pueblos, no solamente los vestigios arqueológicos que pueda haber en alguna zona.
Estas actividades son desarrolladas en el Centro Artesanal Waska Waska Warmi Wasi, el cual ha sido acondicionado por el programa “De Mi Tierra, Un Producto” del Mincetur, desarrollado con la finalidad de incrementar la actividad turística en la zona.
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