ANTONIO ÁLVAREZ
La valla está puesta. Tras una ardua jornada de 17 horas continuas en medio de la selva, tres jóvenes estudiantes acompañados de los expertos en ornitología Barry Walker y Fernando Angulo pudieron establecer el primer récord oficial de avistamiento de aves en el Parque Nacional del Manu.
La jornada, que se inició a las 3 de la mañana y culminó cerca de las 8 de la noche, se realizó en los alrededores del puesto de vigilancia El Limonal, cerca al río Manu en la región de Madre de Dios, dentro de un bosque prístino o primario, es decir, que no ha sido tocado y que se encuentra en su condición original.
“En total registramos 186 especies. Quizá de haber visitado otros tipos de bosques hubiésemos logrado alcanzar un número mayor. El objetivo era establecer una cifra para que otros intenten superarla y parece que lo hemos hecho bien”, comenta Barry Walker, especialista en observación de aves.
En tanto, para el ornitólogo Fernando Angulo, esta jornada fue muy interesante dado que revalora el Manu como una zona para realizar esta actividad, poco común en nuestro país. “En el Perú existen cerca de 1.800 especies de aves, mil de ellas habitan en el Parque Nacional del Manu, es decir más del 50%. Una variedad impresionante. Es una buena oportunidad para empezar a practicarla”.
Ambos expertos estuvieron acompañados de tres jóvenes ganadores del concurso “Conoce el Perú” organizado por PromPerú a través del Facebook. Uno de ellos fue Irwing Saldaña, estudiante de biología de la Universidad Nacional de Trujillo quien contó cómo fue su experiencia dentro de la selva.
“Agradezco enormemente haber tenido esta oportunidad de ver la naturaleza en todo su esplendor. Es algo que no pensé vivir. En horas de la madrugada cuando no podíamos ver a las aves debíamos reconocer su canto con el oído, algo que Barry y Fernando conocen a la perfección, ello nos ayudó mucho al momento del registro”.
Martin Vallejos, biólogo de la Universidad Nacional de Trujillo también pudo vivir este ‘Big day’. “Ha sido una experiencia única. He aprendido mucho. El caminar de madrugada por el bosque, cargando nuestros binoculares, ver a las aves de cerca, fue increíble. No cabe duda de que este lugar es el mejor para ver a estas especies”, comentó.