¿Se comería usted un Franken-Salmón a la parrilla?
En las últimas 72 horas se llevó a cabo en el local central de la Administración de Medicinas y Alimentos del gobierno federal de los Estados Unidos (FDA) una reunión que parecería sacada de una novela de ciencia ficción. Lo cierto es que es real, ha ocurrido y en ella se discutió el futuro del primer producto animal genéticamente modificado (GM) para consumo humano: el Salmón AquaBounty, ya bautizado por la prensa norteamericana como el “Frankenfish”.
En un post anterior discutimos el asunto de las plantas transgénicas o genéticamente modificadas y dijimos que este asunto ya es viejo, que sin darnos cuenta, desde hace años ya estamos comiendo productos hechos con plantas (maíz y soya principalmente) que fueron creadas en un laboratorio científico.
Pero de lo que se trata ahora es que se ha producido (o fabricado…) el primer animal (salmón) transgénico o genéticamente modificado y la reunión de tres días de la FDA tuvo dos partes: durante los dos primeros días se analizaron las probables consecuencias en la salud humana del consumo de ese salmón GM; y durante el último día se discutió un asunto que insulta al sentido común: de si el publico tiene o no el derecho de saber que si el salmón que esta comprando es natural o “artificial”, es decir genéticamente modificado.
La cosa empieza así.
El salmón que consumimos es el llamado salmón común o del Atlántico y vive naturalmente en el mar, pero se reproduce en los ríos – recuerdan esas imágenes del salmón nadando y saltando contracorriente en el río para poner sus huevos. Pues bueno, ese salmón tarda aproximadamente 36 meses (3 años) en llegar a la adultez, momento en que recién puede ser comercializado. Ese crecimiento natural del salmón se explica porque su cerebro segrega hormona de crecimiento solo durante una época del año, secreción que está principalmente determinada por la temperatura del agua en que vive. Cuanto más fría el agua, menor su crecimiento.
Pues bueno, aquí entran en el cuento dos tipos de peces más:
Una variedad de salmón, llamado Chinook o Salmón Rey, la cual tiene la particularidad de que alcanza un enorme tamaño porque su cerebro produce hormona de crecimiento durante todo el año; producción que al igual que la del salmón del Atlántico, depende también de la temperatura del agua en que vive.
Un tipo de pez llamado Ocean Pout, el cual tiene también una particularidad: la cantidad de hormona de crecimiento que produce no depende de la temperatura del agua en que vive, es más, se le conoce como el “pez que no se congela” porque puede vivir en aguas muy frías.
Después de decodificar el genoma (cromosomas) de ambos peces, los científicos lograron aislar los genes que son responsables de esas dos características: el gen que hace que se produzca hormona de crecimiento durante todo el año y el gen que hace que la hormona de crecimiento se produzca independientemente de la temperatura del agua.
Y lo que viene a continuación es realmente digno de la novela “Frankenstein” de Mary Shelley (recordemos que en la novela, el trastornado científico Víctor Frankenstein produce un “ser” infundiendo una chispa de vida al cuerpo fabricado con partes extraídas de cadáveres humanos).
Los científicos de la compañía AquaBounty, en Massachussets, decidieron que para ganar más dinero vendiendo más salmón, debían crear un nuevo tipo de salmón que crezca durante todo el año y que por tanto llegue más pronto a la adultez. Para eso insertaron en el genoma del salmón del Atlántico esos dos genes pertenecientes al salmón Chinook y el Ocean Pout. El resultado: un nuevo tipo de salmón, bautizado como Salmón AquaBounty, y cuya “patente de producción” pertenece lógicamente a esa compañía. Este nuevo tipo de salmón, no existente en la naturaleza y creado por el hombre, crece durante todo el año y alcanza su adultez en solo 18 meses.
Pues bueno, estimados lectores, la reunión de la FDA a la que me referí al comienzo de la nota fue para discutir si el salmón genéticamente modificado es seguro para consumo humano y si el público debe o no debe saber si el salmón que compra en el mercado es natural o genéticamente modificado.
Según la FDA y los científicos del AquaBounty, el salmón GM es “idéntico” al salmón natural y no es dañino para la salud, por lo que dicen que este nuevo tipo de salmón no debe tener ninguna etiqueta que lo identifique porque el público “se alarmaría sin razón alguna”… Dicen también que para impedir que algún salmón escape al mar y pueda amenazar la existencia del salmón natural será producido solo con hembras estériles y en piscinas tierra adentro en Panamá. .
Debido a que este nuevo salmón esta siendo clasificado como un “medicamento veterinario” (dicen que la inserción de un gen extraño actúa como una medicamento), las discusiones de los últimos días fueron a puertas cerradas.
Tendremos que esperar algún tiempo para saber que va a pasar…
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