Jorge Chávez Noriega

A inicios de año, (24) se sentía en una nebulosa. El surfista peruano vivía con la angustia de no saber cuándo iba a volver a competir, debido a que la World Surf League (WSL) no anunciaba las fechas para el tour mundial de longboard 2022. “Desde la organización del torneo no nos estaban dando mucha bola, pero felizmente ya todo se solucionó”, cuenta el campeón nacional de longboard.

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Fue recién a fines de marzo que la WSL confirmó las fechas del tour. Manly Beach, en Australia, a 16 mil kilómetros de Lima, era la primera parada. Hasta allí viajó hace unas semanas junto con Mafer Reyes y ‘Piccolo’ Clemente, nuestras otras dos grandes cartas en esta disciplina. El evento culminó y Lucas se quedó a medio paso de clasificar a los cuartos de final. “Lo dejé todo en cada ola y en cada remada. A corregir errores, seguir aprendiendo y entrenar duro que el tour recién empieza”, escribió el tablista.

Lucas tiene claro hasta dónde quiere llegar. “Mi meta es ser campeón mundial y llevar la bandera del Perú hasta lo más alto”. Aún tiene la posibilidad de cobrarse su revancha en las próximas fechas, que se llevarán a cabo en Huntington Beach (del 3 al 7 de agosto) y en Malibú (del 3 al 13 de octubre).


Entre las olas

Lucas Garrido Lecca recuerda cómo comenzó su vínculo con el mar: con apenas 4 años, en Punta Hermosa, su padre lo lanzaba al agua envuelto en flotadores para que dé sus primeros chapuzones. “Yo aprendí a nadar antes que a caminar”, ríe. No pasó mucho tiempo para pedir que lo inscribieran en clases de surf, motivado por sus hermanos mayores, Tomás y Mateo, quienes ya eran aficionados al deporte de la tabla. “Al principio era un poco pesado para ellos porque me tenían que cuidar. Ahora, en cambio, yo estoy pendiente de ellos cada vez que nos metemos al mar”.

Desde chico, Lucas supo que su vida iba a estar ligada al deporte. “Estaba entre el surf o el atletismo, por ahí iba la cosa”, cuenta. “Al fútbol no, porque siempre fui un poco tosco con la pelota”, añade. Comenzó a competir en torneos de menores de surf, pero con el pasar de los años adquirió un gusto particular por el longboard, un tipo de tabla que le permite “correr olas más grandes y desafiantes”.

Sus padres –él ingeniero, ella diseñadora de interiores- lo apoyaron en su decisión de ser deportista de élite, pero le sugirieron que a la par estudie una carrera profesional. “Mis papás vienen de un mundo más cuadriculado. Siempre nos apoyaron a mí y a mis hermanos en seguir nuestras pasiones, sin dejar de lado los estudios”. Si bien le costó sobrellevar la universidad con el ritmo vertiginoso de un atleta que viaja por el mundo, finalmente se graduó en la carrera de administración de empresas, con especialización en negocios del deporte, por la UPC.

En plena pandemia, Lucas resolvió aplicar sus conocimientos y abrió ‘Surf Place’, una tienda online en la que se pueden encontrar desde wetsuits y tablas de distintas formas y tamaños, hasta accesorios de playa y ropas de baño. Un espacio de surfistas para surfistas. “En casi dos años hemos logrado crear una comunidad que ha crecido de forma orgánica. Uno de los efectos del coronavirus es que más personas se animaron a practicar deportes al aire libre. Hicimos una encuesta que respondieron 500 personas y más de la mitad contó que empezó a correr tabla en la pandemia”.

Sobre la industria del surf en el país, Lucas opina que este deporte está viviendo un segundo ‘boom’ gracias a las destacadas actuaciones de Lucca Mesinas, Miguel Tudela, Daniella Rosas. “A inicios del año 2000, Sofi (Mulanovich) fue la pionera y con ella llegó una camada de surfistas. La gente empezó a entender que nuestro deporte no era solo para ‘pastrulos’ que les gustaba meterse al mar… Tenemos todo para ser una potencia en el surf, solo hay que seguir remando”. Y más que decirlo, lo profetiza.


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