(Foto: El Comercio)
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María Rosa Villalobos

La expectativa de los limeños sobre su situación económica permanece pesimista, a pesar de haber mejorado en diciembre. Durante el último mes del 2017, el , elaborado por Apoyo Consultoría, se ubicó en 51 puntos.

Un índice superior a los 50 puntos indica que la confianza del consumidor es positiva, y por debajo de ese nivel, negativa.
Si bien la lectura de diciembre es que el consumidor se mantiene optimista, el último mes de cada año –según la consultora– suele ser uno de los de mayor ánimo para los limeños por el pago de gratificaciones y las fiestas navideñas. Ante esta situación, retiró el efecto estacional para realizar las comparaciones con otros meses.

Así concluyó que la confianza para consumir permaneció en terreno pesimista con 49 puntos, explica Luis Cerro, analista de Estudios Económicos de la firma.

Cerro sostuvo que aunque este resultado es superior en dos puntos frente a noviembre pasado (47 puntos), se trata de la peor métrica en ocho años.

FACTORES
Respecto a los factores a los que obedece el pesimismo, Cerro indicó que la debilidad del mercado laboral es el principal factor que afecta la confianza de las familias.

Según el sondeo de diciembre, cerca de un tercio de las familias limeñas (35%) considera que las condiciones para conseguir un empleo son peores que hace un año. Este resultado coincide con la caída de 1,3% del empleo formal en la capital durante noviembre, reportado por el Ministerio de Trabajo.

“El empleo viene cayendo siete meses consecutivos [...]. Es preocupante la situación del sector industrial, donde el empleo ha caído por cuatro años consecutivos”, resalta Cerro.

Además, en este contexto, las familias cerraron el año menos optimistas con respecto a su situación económica en el futuro.

Si bien el 56% de los hogares dijo esperar que su situación económica mejore en los próximos 12 meses, en diciembre del 2015 y 2016 esta cifra era de 65% y 59%, respectivamente. Los hogares de ingresos más bajos (NSE DE) son los menos optimistas –solo el 37% considera que su situación económica mejorará en el 2018–.

En general, según Cerro, es poco probable que la confianza para consumir mejore en los próximos meses si persiste la crisis política actual. Pues esta generaría mucha incertidumbre y es probable que siga limitando la generación de empleo formal. Además, Cerro asegura que esta situación afecta sobre todo el consumo de bienes duraderos.

“Las familias pueden optar por no tomar créditos de consumo de largo plazo. De hecho, en octubre, solo el 30% de las familias había adquirido una nueva deuda en los últimos tres meses. Hace dos años, era 36% [...]”, dijo Cerro. “En noviembre, el crédito de consumo crecía 7,3% año a año. En el 2016, era de 9,4%. Vemos que hay menos dinamismo”, agregó.

Por otro lado, aunque el especialista resalta que la medición del índice se hizo entre el 11 y el 15 de diciembre pasado –período en que todavía no estaba definida la vacancia presidencial ni se conocía el indulto a Alberto Fujimori–, considera que el indicador podría haber incorporado la percepción de los consumidores respecto a las tensiones entre los distintos poderes del Estado.

EL 2018
De aquí en adelante, la consultora no descartó que la incertidumbre política provoque desaceleración en la inversión pública, especialmente, en la construcción de proyectos de infraestructura.

Cerro advierte que por el lado del sector privado, se podrían postergar algunos proyectos de inversión, principales generadores de empleo formal.

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