Hace unos días tuve la oportunidad de conocer a Juan, docente de profesión que diariamente se moviliza en su auto desde el distrito de Pueblo Libre hasta La Molina, lo que le representa recorrer una distancia diaria de aproximadamente 27 km (ida y vuelta). Durante nuestra charla me comentó que, siguiendo el consejo de su hermana, cambió la fuente de energía de su vehículo de gasolina a Gas Natural Vehicular (GNV) en uno de los talleres autorizados por Osinergmin para la conversión de vehículos en Lima y Callao, habiendo aplicado al subsidio otorgado por el Estado a través del Programa Ahorro GNV / FISE. ¿Qué sucedió? Con el cambio a GNV Juan logró reducir el gasto en combustible mensual de S/ 300 a solo S/ 82 soles.

Hoy, ya son alrededor de 250 mil los vehículos que usan GNV en Lima y el Callao, cuyos propietarios gozan del mismo beneficio que Juan: obtienen un ahorro importante que pueden destinar a cubrir otros gastos en sus hogares. Pero ¿cómo se explica este menor gasto? El Gas Natural es más barato, hasta en un 70% más económico que la gasolina y hasta en un 43% que el Gas Licuado de Petróleo (GLP), ya que se trata de un recurso 100% peruano y, por lo tanto, no se compra en el extranjero, además, no necesita ser sometido a reprocesos antes de su venta, ni se ve impactado por las variaciones en los precios internacionales de los combustibles.

A pesar de ello, el número de autos convertidos a GNV es aún pequeño si tomamos en cuenta que el parque automotor de la capital está compuesto por cerca de 1,7 millones de vehículos. Es decir, solo el 14% de los vehículos que transitan por Lima y Callao usa GNV. El resto emplea GLP (350 mil vehículos) y gasolina (1 millón). Por ende, existe una gran oportunidad para el desarrollo del Gas Natural; y la posibilidad de crecimiento es incluso más grande si consideramos a todo el parque automotor peruano.

Pero el costo no es el único beneficio que trae consigo el Gas Natural. Este recurso también tiene un impacto positivo directo sobre el ambiente y, en consecuencia, sobre la salud de los ciudadanos, pues es el combustible fósil menos nocivo del país. De acuerdo con el Índice de Nocividad de Combustibles (INC), que emite el Ministerio del Ambiente, este recurso tiene una calificación de 1 punto, muy por debajo de los combustibles que dominan la industria automotriz limeña, como el diésel y los gasoholes, cuyos INC fluctúan entre los 10 y los 30 puntos.

El pasado 22 de febrero, el gobierno lanzó un nuevo estímulo para seguir promoviendo el uso del gas natural, se trata de un bono no reembolsable de S/2.000 para convertir vehículos que usan GLP a GNV, con el cual los dueños de vehículos a GLP pueden ir a los talleres autorizados y convertir sus vehículos a Gas Natural, empezando a ahorrar desde el primer día. Con este bono, se espera incentivar la conversión de 100 mil vehículos. Recordemos que, en Lima y Callao, existen más de 300 estaciones de servicio y más de 150 talleres autorizados para la conversión de vehículos, los que cuentan con incentivos otorgados por el gobierno para convertirlos a GNV.

Nuestro país tiene el privilegio de contar con abundantes reservas de Gas Natural, las cuales generan ahorros importantes en energía y nos hacen más competitivos, además, nos ayudan a mejorar la calidad de nuestro aire y por lo tanto reducir las enfermedades respiratorias que son una de las principales causas de muerte en nuestro país. Gracias a esto, tenemos la oportunidad de llevar una transición energética viable y ordenada de nuestro parque vehicular hacia la adopción de nuevas fuentes de energía sin emisiones como lo es la movilidad eléctrica.

Hoy en día, empresas como Toyota y BMW han declarado públicamente que apostarán por la fabricación de “vehículos híbridos”, es decir, no dedicados, teniendo en cuenta que todavía existen retos importantes para lograr la adopción a las nuevas tecnologías en países como el nuestro. El Perú tiene la ventaja de contar con grandes recursos como el Gas Natural, que nos permite llegar al usuario final con precios muy competitivos, aprovechémoslo en tanto se construye el escenario e infraestructura necesarios para masificar el uso de vehículos dedicados con tecnologías sin emisiones. ¡No dejemos pasar esta gran oportunidad!

Martín Mejía del Carpio Director general de Cálidda