César Morillas responde por suspensión de clínica: “No tengo odio ni cólera”

Esta semana la Superintendencia Nacional de Salud (Susalud) suspendió a la conocida Clínica Morillas de hacer uso de su centro quirúrgico y central de esterilización luego de encontrar una serie de irregularidades.

Ante este difícil momento de la clínica, su fundador César Morillas respondió a las acusaciones. A ellas también se suma una denuncia por los daños a un ciudadano estadounidense que terminó con daño cerebral severo tras someterse a una lipoescultura.

"Crea un sentimiento de impotencia. No tengo odio ni cólera, sé lo que he ganado durante esos 34 años de cirujano plástico", dijo el cirujano en informe del programa de TV "Reporte Semanal". Negó las acusaciones realizadas por Susalud y aseguró que cuentan con equipos de última tecnología.

Respecto a la inspección que determinó la suspensión, el gerente general de la clínica, Clover Cercedo, aceptó que hay algunas cosas que no se encontraron, pero aseguró que por el tipo de cirugías que realizan no las necesitaban.

Otro caso que compromete a la clínica es la acusación de Katya Montijo por los daños causados a su esposo Ronald Montijo, un ciudadano estadounidense. Esta acusación motivó la inspección de Susalud.

En este caso, las responsabilidades penales recaerían en Carlos Alberto Huerta Ruiz, médico cirujano a cargo de la operación, y el anestesiólogo. La clínica sería tercero responsable por el delito contra el cuerpo la vida y la salud. Huerta Ruiz habría alquilado el ambiente para la cirugía de lipoescultura.

El médico César Morillas aceptó que viven un difícil momento, con más de 34 años de experiencia, 30 mil pacientes atendidos y 24 mil pacientes operados. "No han calculado nunca el daño que le han podido causar a mí, a mi familia, y a las más de 60 familias que viven de esta clínica", dijo el cirujano.

-Clínica responde a Susalud- 
La Clínica Morillas respondió en comunicado a las irregularidades detectadas por Susalud. Primero se aseguró que la clínica sí cuenta con un coche de paro de última generación para atender en la sala de operaciones.

Indicó que la clínica es de categoría II-E y le corresponde mantener un convenio con una entidad que tenga banco de sangre. Se negó usar medicamentos vencidos y que los encontrados son dos productos: uno en un consultorio alquilado a un médico y el segundo fue una jeringa de ácido hyalurónico que era utilizado para demostración.

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