José Cayetano

En el 2003, Carlos Lizárraga, electricista, vio por primera vez el retiro del faro de un poste de luz en el jirón Carlos Augusto Salaverry en . En su lugar, en la cúspide del poste, los obreros colocaron un rollo de cables. Cuando Lizárraga les preguntó qué tipo de conexión realizaban, respondieron que los cables permitirían llevar el servicio de telefonía a dos edificios. En los años posteriores, conforme incrementaba la cantidad de comercios y departamentos en la calle Salaverry y las vías aledañas, como la Panamericana Norte, más postes empezaron a llenarse de marañas. Lizárraga cuenta que esta situación incrementó de forma desmesurada desde el 2012 con la demanda de conexión a Internet.

¿Cuál es el preocupante resultado que han ocasionado estas instalaciones?

Más de 200 cables de telecomunicaciones cuelgan de un poste en la cuadra 38 del jirón Salaverry. A menos de 60 metros, la misma situación se repite en dos postes del jirón Carlos Monge frente a un colegio. A inicios de este año, los vecinos notaron que las tres columnas estaban inclinadas. Esto pone en peligro a las personas y vehículos que transitan por esta zona.

Además de malograr el ornato de esta área, el mal estado del cableado aéreo repercute en otros problemas: los cables de en desuso permanecen en el suelo o se suspenden hasta la altura de los transeúntes sin ser retirados. Los tres casos son ejemplos de la deplorable infraestructura de los cables aéreos en las distintas ciudades del Perú debido a las marañas que cuelgan de postes, balcones y techos.

Cables colgando en la calle Salaverry

La sobrecarga de cables de telecomunicaciones, los más abundantes en la ciudad, ha torcido los postes de los jirones Carlos A. Salaverry y Carlos Monge. Esto puede ocasionar que en cualquier momento se desplomen sobre la vía pública, peligro que incrementaría ante casos de sismos.

Los vecinos de la zona reclaman que ninguna autoridad ni las empresas de telecomunicaciones asumen la tarea de supervisar el estado de los postes y retirar las conexiones inoperativas o en mal estado.

Cada semana, se instalan más conexiones de Internet y telefonía en los postes de esta cuadra. Cuando reclamamos a los técnicos que quiten los cables caídos y en desuso, se ríen de nosotros”, manifiesta Ricardo Lara, quien vive en el jirón Salaverry.

Los transeúntes que pasan por el Jr. Salaverry caminan al costado de los cables colgantes. Foto: BRITANIE ARROYO.
Los transeúntes que pasan por el Jr. Salaverry caminan al costado de los cables colgantes. Foto: BRITANIE ARROYO.
/ GESAC > BRITANIE ARROYO

Carlos Lizárraga, explica que los postes están sometidos a tres tipos de esfuerzos: vertical, por el peso de los cables colocados en ellos; horizontal, por las conexiones hacia los costados; y por acción del viento. Lizárraga afirma que a esto se suma la fuerza de los camiones, que jalan los cables que cuelgan hasta una altura de dos metros debido al peso de la gran cantidad de conexiones.

Las empresas [de telecomunicaciones] no hacen un trabajo de calidad. Aparte que no retiran los cables que no funcionan, no les importa el estado de los postes. Los fabricantes de postes garantizan su buen estado por 20 años, pero todos los de esta manzana tienen más de 30 años. Solos los cambiarán cuando se caigan”, asevera Lizárraga.

El electricista, asimismo, lamenta la deplorable estética del barrio debido a las marañas de cables de telecomunicaciones. “La municipalidad debe ser más estricta con las empresas concesionarias. No podemos seguir con este riesgo”, reclama Lizárraga.

Las marañas de cables perjudican el ornato del Jr. Salaverry. Foto: BRITANIE ARROYO DUEÑAZ
Las marañas de cables perjudican el ornato del Jr. Salaverry. Foto: BRITANIE ARROYO DUEÑAZ
/ GESAC > BRITANIE ARROYO

En el jirón Carlos Monge, los camiones de bebidas y alimentos, que abastecen a los diferentes comercios en la manzana, dañaban los postes al jalar los cables suspendidos en desuso. “Los buses de ‘El Chino’ cortaban camino por aquí y pasaba lo mismo. Su fuerza hacía que el cemento en la cima de los postes caiga sobre las calles. Una vez, un trozo grande estuvo cerca de caerle en la cabeza a mi vecina. Así fue como los postes empezaron a desnivelarse”, narra Jessica Rosales, quien vive en este jirón.

Los dos postes del Jr. Monge están frente al colegio Honores. Foto: BRITANIE ARROYO
Los dos postes del Jr. Monge están frente al colegio Honores. Foto: BRITANIE ARROYO
/ GESAC > BRITANIE ARROYO

Para evitar este riesgo, en una vía donde circulan escolares y viven personas invidentes, Rosales relata que los vecinos del jirón Monge decidieron colocar rejas a ambos lados de la vía. Ella asegura que, en diciembre del año pasado, acordaron con la municipalidad mediante una resolución que las rejas permanezcan cerradas a lo largo del día.

¿Quiénes son responsables de retirar las marañas de cables?

El domingo 9 se publicó el proyecto de reglamento de la Ley N° 31595, Ley que promueve la descontaminación ambiental y establece el retiro del cableado aéreo en desuso o en mal estado en las zonas urbanas del país.

A través de esta norma, el Congreso instó a “las empresas concesionarias de servicios de electricidad y de telecomunicaciones, así como las empresas proveedoras de infraestructura” a retirar en un plazo no mayor a veinticuatro meses el cableado en mal estado o en desuso.

Las empresas y proveedores de infraestructura “están obligadas a retirar el cableado en mal estado o en desuso de su titularidad, una vez que este haya sido identificado”. El plazo para la identificación y el retiro de todo el “cableado en mal estado o en desuso en zonas urbanas es de 24 meses, contado desde la entrada en vigor del presente Reglamento”.

Para esto, el proyecto señala que las empresas y proveedores deberán notificar a las municipalidades correspondientes sobre las fechas de ejecución y los planes de acción. Cabe mencionar que no será necesaria la emisión de una autorización o acto administrativo por parte del municipio y serán las empresas las encargadas de la limpieza pública del área de trabajo.

Según el proyecto de ley, en temas de telecomunicaciones la entidad reguladora es el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), sin embargo, esta última entidad explicó a El Comercio que no tienen responsabilidad sobre la infraestructura. Asimismo, el MTC tiene capacidad supervisora. El reglamento menciona que el Ministerio no transferirá sus funciones al OEFA. En tal sentido, al nivel más alto de gobierno también existe una división.

Finalmente, las municipalidades supervisarán la correcta ejecución del retiro del cableado en mal estado o en desuso en el marco de sus competencias como autoridad local.

¿Qué responde la municipalidad de Los Olivos?

En comunicación con El Comercio, Giannina Vidal, subgerenta de fiscalización administrativa de Los Olivos, asegura que el municipio ha solicitado a las empresas de telecomunicaciones y electricidad que retiren los cables en desuso para que no generen inconvenientes a los vecinos. “Ante cualquier incumplimiento, actuaremos conforme a nuestro marco normativo y de sanciones vigentes”, afirma Vidal.

Al respecto, la subgerenta refiere que la comuna de Los Olivos no tiene un código de infracción en relación al mal estado de los cablesdebido a que la Ley N° 31595 señala que la fiscalización y sanción de esta situación corresponde a otras entidades”. Sin embargo, Vidal indica que el municipio sí puede sancionar a las empresas de telecomunicaciones frente al mal estado de los postes conforme al código de sanciones y marco normativo del distrito.

Si los inspectores de fiscalización y el personal del área técnica encuentran un poste en mal estado, identificarán a qué empresa pertenece para enviarle una notificación. Estamos en el proceso de solucionar los daños a los postes”, detalla.

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