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Leones en el santuario de Emoya, en Sudáfrica
Redacción EC

José y Liso, los leones rescatados de un circo peruano y asesinados a fines de mayo por cazadores furtivos en Sudáfrica, vivieron un año en la selva africana disfrutando del sol en sus espaldas, de la tierra y de la vegetación. 

"Liso guiaba a José (felino que por los maltratados en el circo sufrió daño cerebral y no podía distinguir bien las distancias). Ellos siempre se encontraban. Estaban sentados juntos la mayor parte del día. Vivieron como leones.", contó Jan Creamer, presidenta de Animal Defenders Internacional (ADI). Esta organización hizo posible el traslado en el  2015 de 33 felinos hasta el Santuario de Emoya, en Sudáfrica. 

José y Liso murieron envenenados hace 20 días en un santuario natural de Sudáfrica. No contentos con ello, los criminales les arrancaron la cabeza, las patas, la cola y la piel. Se presume que eran cazadores furtivos que usan el cuerpo del león para rituales africanos de brujería y sanación.

Las víctimas más recientes de esta práctica eran dos felinos rescatados de un circo en Perú que, antes de viajar al África, vivieron tres años en un refugio del distrito de Carabayllo, en Lima.

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