Han pasado poco más de dos años desde la última vez que cantó en Lima, un tiempo en el que muchas cosas han cambiado y que el artista ha aprovechado creativamente. Temas nuevos, como “A tu lado”, “Por ahí” o “La esquina rosada”, además de su versión tributo de “Agua” de Pau Donés, junto a Le Lé –que no es otra que Cande Tinelli, su pareja-, se han difundido ampliamente en Spotify, redes sociales y otras plataformas, a pesar de que el nuevo disco aún no tiene fecha de salida. Coti, sin embargo, sigue en la carretera, acompañado de Los Brillantes y del entusiasmo renovado por dar shows presenciales, tal como era antes de la pandemia. Siente como algo “fundamental” la experiencia presencial y lo hace con mayor gusto en Lima –y en esta ocasión tiene también un show en Abancay, programado para el viernes 22-, pues cuenta con un público fiel, que suele pedirle, además de los hits, canciones inesperadas que no suele tocar en otros conciertos.

La cantante nacional Ana Carina será parte también de esta noche, además de otros invitados cuyos nombres Coti prefirió no revelar. “Me gusta más manejar el factor sorpresa”, nos dice con una sonrisa en medio de la gira que lo llevará por Latinoamérica y Europa, a reencontrarse con su gente el año que su disco debut cumple su vigésimo aniversario.

-Estás en medio de una gira, con presentaciones en Argentina, España, aquí en Lima, en Abancay y en muchas otras ciudades. ¿Cómo es recuperar estas sensaciones tras casi dos años de cuarentena?

Sí, la verdad es que estamos muy contentos. Volver después de tanto tiempo a los escenarios, como estábamos acostumbrados, siempre nos genera mucha ilusión y mucho trabajo para toda la gente que colabora conmigo. Eso nos devolvió un poco la vida y la ilusión por más, a pesar de que estuvimos muy activos también en cuarentena, haciendo otros formatos de conciertos y el streaming. Pero volver como antes es siempre mucho más lindo. La experiencia presencial para nosotros como músicos, y para el público, es infinitamente más rica. Lo estamos disfrutando como la primera vez

-¿Cómo has usado este tiempo de pausa sin giras ni conciertos? ¿Ha sido, necesariamente, una oportunidad para la creatividad? Sabemos que estás preparando tu nuevo disco…

Sí, efectivamente. Estuve muy metido componiendo y haciendo maquetas de canciones nuevas que sigo trabajando. Pero bueno, de repente nos vino el aluvión de las giras, los lugares donde teníamos pendiente tocar, las visitas a países, entonces estamos tocando muchísimo, haciendo muchos conciertos. Y bueno, ahora, aprovechando esa vuelta, toda la familia de la música, no solo los artistas, sino todos los que dependen de la música en vivo, lo necesitábamos y estábamos muy abocados a eso.

-Claro, porque hay temas que están más allá de lo social o de volver a ver a los compañeros o amigos…

Claro, hay una cuestión laboral muy importante, hay familias que viven de eso. Por cada concierto trabajan unas 200 o 300 personas directa e indirectamente. Técnicos, prevención, producción, manager, iluminadores, camarógrafos, músicos, utileros, gente de medios, teatros, publicidad, catering. Hay muchísima gente involucrada que necesitaba volver a trabajar en lo que sabe hacer.

-Este año se cumplen 20 de tu primer disco solista. ¿Cómo cambió tu vida su publicación?

Bueno, la verdad que sí, cambió mi vida, mi carrera, mi vida personal también y profesional. Lancé aquel primer disco como una apuesta muy personal, mía, con canciones que venía trabajando y la verdad que fue muy hermoso todo lo que ocurrió en España, en Argentina. Ese disco se editó también en México, en Perú. Y la verdad es que fue un gran comienzo. Es un disco que sigo amando, que sigue estando vigente, siguen frescas las canciones, el sonido, la producción. Después de tanto tiempo sigue estando con un sonido y una performance muy vigentes, y sigo siendo muy fiel a aquellos primeros pasos en todo sentido. En mi manera de ver la música, de escribir, de producir, de grabar, de tocar. Lo que sí, evidentemente, fui aprendiendo. En aquel momento estaba muy involucrado en los estudios, en la producción y grabación y no tenía lo que fui adquiriendo en estos 20 años, que fue la parte de tocar en vivo, la performance, que fui puliendo muchísimo. Y, en ese sentido, sí me considero un artista diferente a aquel, porque lo manejo mejor. He trabajado, estudiado, practicado, no solo por la experiencia de miles de conciertos, sino también la conciencia, la búsqueda de lo que significa un concierto en vivo, de cómo atrapar y meter a la gente en la misma película que uno está o quiere proponer. Eso es un instrumento artístico totalmente diferente a una grabación, composición o producción.

-¿Cómo fue el trabajo para hallar tu propia voz, estilo o personalidad en una escena con tanta y tan buena competencia como la Argentina?

Bueno, esa búsqueda es constante, creo que cualquier artista la hace. Pero tiene que ser una búsqueda para mí, inconsciente, uno tiene que dejar salir. Si uno se pone a buscar su propio sonido conscientemente, como un trabajo, creo que ahí es donde la caga (risas).

Creo que el estilo se va generando con el correr del tiempo, del trabajo, de los discos, de las composiciones, el estilo va saliendo y se va afianzando y consolidando siempre con el tiempo. Yo pienso que tiene que ser un latir inconsciente, de trabajar y dejar fluir, porque si no, uno mismo se está restringiendo. “Tengo que hacer esto, no lo otro”. Nunca trabajé así. No me interesa eso, me interesa fluir y simplemente ir dejando las canciones que más me gustan, que más representan a mi corazón y a mi alma sin pensar tanto en estilos. Yo no creo mucho en los estilos, creo que son más separaciones o divisiones que tienen en común una motivación más de marketing que artística. No creo en los estilos y no creo que la gente escuche estilos. La gente escucha artistas o escucha canciones. Los estilos me dan igual.

-¿Al decir “estilos” te refieres a los géneros musicales?

Sí, a los géneros. Se preocupan si esto es rock o menos rock; más tal, menos cual, yo que sé, no me interesa realmente. La gente que admiro, los músicos que admiro, han sido siempre gente muy libre. De los Beatles en adelante. Gente muy abierta, que fusionó siempre muchos estilos, muchos géneros, muchas vertientes, muchos aires y me he criado con eso, admirando mucho a gente como Charly, como Spinetta, que no estaban pensando si algo era más tanguero, más rockero, más hardrock o más Beatles. Eso me parece un pensamiento pequeño y antilibertad.

-Supongo que, desde el momento en que lanzaste tu primer disco, todo fue un poco más sencillo para ti en la industria musical. Pero antes, ¿Llegaste a tener momentos en los que dijiste: “Bueno, esto no va tan bien”? ¿Pensaste trabajar en una oficina o en un banco? Ha habido casos…

No, no. Y no por nada malo. Simplemente que no sé hacer otra cosa. La búsqueda siempre fue dentro del mundo de la música. Obvio que hice mil cosas, dar clases, hacer arreglos, tocar en orquestas, cosas que me gustaban más o menos o que me representaban más o menos. Pero bueno, siempre intentando buscar un camino artístico sólido o de tratar de poner lo que sabía hacer en lo que estaba haciendo. Es una búsqueda que me resultó bien. Y lo sigo haciendo, sigo en esa búsqueda. Por suerte, ahora no tengo que pensar en dar clases, pero ¿Por qué no? Dando una charla o a mis hijos, que les enseño también música, yo que sé. Está bueno, me parece que todo te construye, también el hecho de dar clases en colegios. Esas fueron mis primeras maneras de ponerme al frente de un grupo de gente y tratar de atraer su atención y eso también tiene que ver con un entrenamiento interesante. Al final, todo lo que sea aprender y desafiarse la zona de comodidad es parte de la construcción. Es algo rico y que aporta en otras áreas de la vida y del arte de uno.

-En una de las conversaciones que tuvimos hace pocos años, me dijiste que sentías que, a pesar del tiempo transcurrido, mantenías tu esencia, tu misma coherencia artística. ¿Cómo se mantiene? ¿Cuál sientes que es TÚ esencia particular?

Simplemente ser fiel a lo que uno siente, a lo que a uno le gusta, a lo que uno siente que lo representa. Es una garantía de coherencia, ¿Viste? Eso mantiene la llama viva.

-En el último show que diste en Lima, el 2019, el formato fue como un unipersonal en el que ibas contando algunas anécdotas detrás de tus canciones. ¿Cómo será esta vez?

Bueno, esta vez será en formato trío, voy con dos de mis Brillantes –su banda de acompañamiento-, mi baterista y mi guitarrista. Será un concierto de teatro y para mí están buenos para generar una intimidad especial. Obviamente que también voy a extenderme con las historias, porque creo que en los teatros es maravilloso aprovechar esa oportunidad. Habrá repertorio de toda la vida, de todos los discos y, aprovechándome que el público peruano es muy conocedor, voy a darme el gusto yo también de hacer canciones que no vengo haciendo normalmente, como algunas de los primeros discos que me pidieron las últimas veces que fui a Lima.

-En momentos como los que pasamos, un tema como “Color Esperanza” ha tomado nuevos bríos. Mucho se habló de la “reinvención” que debíamos hacer muchos tras la pandemia. ¿Cómo reinventas un clásico? Para muchos, la canción significa hoy mucho más de lo que significó siempre.

Bueno, eso lo reinventa la gente. No hago ningún esfuerzo, simplemente respondo a la necesidad del público que va readaptándola en el tiempo, necesitando que esas canciones sigan vigentes. Realmente, no es que hice una versión reguetón para que aparezca más la canción (risas). No suelo hacer ese tipo de esfuerzos, porque no estoy muy interesado en eso, pero sí creo que el público es el que se encarga de mantener vivas esas canciones y para mí es un honor y un orgullo que eso ocurra.

-Estoy muy de acuerdo contigo en que los géneros o estilos no deben limitarnos, pero en nombre de muchos, te agradezco que nunca le hayas metido reguetón a “Color esperanza”, y que no lo vayas a hacer nunca…

(Risas) Bueno, bueno, gracias, gracias (risas)

Además…
COTI NADA FUE UN ERROR

Día: sábado 23 de abril

Hora: 8 p.m.

Lugar: Gran Teatro Nacional

Dirección: Av. Javier Prado Este 2225, San Borja

Venta de entradas: Joinnus

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