El éxodo venezolano ha llevado a más de 5 millones de personas a buscar nuevos caminos en diferentes países de la región. (Foto referencial: EFE / Ernesto Arias)
El éxodo venezolano ha llevado a más de 5 millones de personas a buscar nuevos caminos en diferentes países de la región. (Foto referencial: EFE / Ernesto Arias)
/ Ernesto Arias
Pierina Denegri Davies

Mientras el mundo gira la vista a la llegada de diversas vacunas para combatir la , hay una lucha que suele pasarse por alto: la de los y refugiados. Uno de los éxodos más grandes a nivel global ha sido el venezolano, que ha llevado a millones de ciudadanos a buscar una nueva vida en diversos países. Frente a esto, los países de , la región donde más migrantes venezolanos hay, han tenido que intervenir.

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Recientemente, el presidente de , Iván Duque anunció la creación del Estatuto de Protección Temporal para Migrantes Venezolanos (ETPV), medida que regularizará a casi un millón de venezolanos indocumentados.

A propósito de este anuncio, y para analizar el contexto de la región, El Comercio conversó con William Spindler, vocero regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

El vocero regional William Spindler, analizó la situación de los migrantes venezolanos en la región. (Foto: ACNUR)
El vocero regional William Spindler, analizó la situación de los migrantes venezolanos en la región. (Foto: ACNUR)

¿Cómo toma ACNUR la medida que anunció el presidente de Colombia, Iván Duque?

Es una medida histórica, creo que no es exagerado decir que es un hito en la historia de América Latina. Todos los países de la región han mostrado una generosidad ejemplar con los venezolanos. Creo que, en general, son ejemplo para el resto del mundo. En el caso de Colombia, que es el país que más venezolanos ha recibido, es un hito porque va a permitir que casi un millón de personas que se encuentran sin un estatus legal allá puedan tener uno y así contribuir a la sociedad y a la economía. También, va a permitir que estas personas no sean vulnerables a la explotación comercial, económica, sexual, y de otros tipos que se está dando. La situación de irregularidad se presta a todo tipo de abuso por parte de algunas personas. La irregularidad no ayuda a nadie, por eso es importante que se tomen medidas para que todas las personas que se encuentren en un territorio tengan un estatus legal. Además, así las autoridades tendrán una idea de quiénes son estas personas y dónde se encuentran, esto va a favorecer la planificación y la distribución de recursos. La regularización de estas personas es sumamente importante, sobre todo en este momento, en medio de una pandemia que ha afectado de manera desproporcionada a muchas personas, incluido a los refugiados.

Uno de los puntos a resaltar de la medida es el tiempo que se ha establecido, al hablar de un estatuto de protección temporal por diez años.

Así es. En general, se han tomado medidas en Colombia y otros países de América Latina para regularizar a las personas. Muchos de los venezolanos que salieron hace 3, 4 o 5 años estaban en una situación regular porque entraron con documentos o visas, pero pasado un tiempo estos caducaron y de estar en una situación regular, pasaron a una de irregularidad. Las condiciones de esta medida permitirán que regularicen su situación de una forma menos precaria que si se planteara solo por unos meses.

Creo que es importante explicar las situaciones de explotación que vienen con la migración, en especial durante la pandemia. ¿Puede hablarme sobre esto?

Este momento en que la mayoría de países del mundo han introducido medidas restrictivas a la movilidad humana por la pandemia de covid-19, que es lógico y necesario, ha llevado a que muchas personas crucen las fronteras de forma irregular. Si bien siempre se ha dado este fenómeno, en el último año ha crecido. Esto favorece a sectores criminales que se aprovechan de la necesidad y la desesperación de las personas, estoy hablando de los conocidos coyotes, o de traficantes de personas. En algunos casos los ayudan a cruzar una frontera, pero en muchos otros los explotan o los atacan.

Regresemos a la situación en Colombia. Tengo entendido que la participación de ACNUR, de la mano del alto comisionado Filippo Grandi, fue clave para esta flexibilización en su política migratoria.

ACNUR tiene una presencia en Colombia de larga data. Hemos estado trabajando con el Gobierno en el tema del desplazamiento interno, también con los refugiados colombianos en otros países desde hace varias décadas. Más recientemente, hemos visto el tema del éxodo de los venezolanos, que ha llevado al ACNUR a reforzar su presencia en Colombia. Trabajamos de forma muy estrecha con la sociedad civil colombiana, con actores internacionales, con otras agencias de Naciones Unidas y continuamos el trabajo con las autoridades tanto del gobierno central, como local. Es una labor que tiene muchas dimensiones porque apoyamos a las autoridades en: la identificación y asistencia a personas vulnerables, y en el tema de registro, entre otras cosas.

¿Cree que esta medida se pueda implementar en otros países de la región?

Cada país tiene su situación particular, ¿no? Por ejemplo, Brasil ha optado por otorgar la condición de refugiados a más de 46 mil refugiados. El caso de Perú también es interesante, porque fue uno de los primeros países en América Latina en regularizar a los venezolanos, a través del Permiso Temporal de Permanencia (PTP) en el pasado y, mas recientemente, a través del Carnet Temporal de Permanencia. Son medidas sumamente importantes que contribuyen a regularizar a una población considerable. Sí nos parece que lo dado en Colombia puede ser un modelo para otros países, pero siempre teniendo en cuenta el contexto de cada uno y las medidas que han implementado anteriormente.

A nivel mundial se ha venido cuestionando y analizando las medidas tomadas por los gobiernos en distintas esferas para hacer frente a la pandemia. Hablando sobre nuestra región, cómo ve el papel de los gobiernos frente a la migración en tiempos de covid-19.

Yo creo que, en general, los países (de América Latina) y sus gobiernos han reaccionado de la forma correcta. Han tratado, en lo posible, de regularizar a los venezolanos, de darles acceso a servicios básicos, etc. Esto es algo que no ha sido fácil, incluso antes de la pandemia, por el número de personas que han llegado, estamos hablando de cientos de miles, muchas de ellas que llegan en gran estado de precariedad y necesitan apoyo. La presencia de estas personas ha tenido un impacto en la economía, sobre todo, en la de ciertas comunidades. No debemos olvidar que quienes migran no se encuentran de forma proporcional en todo el territorio ni en los sectores de la sociedad, generalmente viven en los menos favorecidos, en comunidades que ya tienen muchas carencias importantes: de salud, de educación y de servicios básicos, etc. Al verse afectadas por la llegada de los venezolanos, esto ha causado cierto rechazo e, incluso, hemos visto ejemplos de xenofobia y discriminación.

Y de aquí al futuro, ¿qué se debería tener en cuenta?

Debemos recordar que estas comunidades no tienen una capacidad ilimitada para ir recibiendo a más personas. Esto es importante y la responsabilidad principal recae en la comunidad internacional para apoyar a los países de la región en esas áreas que necesitan mas refuerzo. La respuesta humanitaria ha sido bastante buena para una situación de emergencia, pero ahora tenemos que ver a más largo plazo los apoyos a la infraestructura y a los los servicios de países que han recibido a estas personas.

Hace dos años, el alto comisionado Filippo Grandi llegó al Perú para conocer la respuesta que se estaba dando a la crisis migratoria venezolana. ¿Sigue en pie?

Bueno, se han realizado dos conferencias con donantes, una en Bruselas y una en Madrid, precisamente para movilizar recursos para la región, que han contado con el apoyo muy importante de países donantes. Lo que sucede es que con la llegada de la pandemia las necesidades han aumentado y, a pesar de que la respuesta ha sido bastante generosa, los fondos no son suficientes dadas las necesidades. Sobre todo me refiero a lo que decía antes: fondos para inversión en infraestructura, creación de empleos, medios de vida, reforzar los servicios sociales, la educación, la salud. Son cosas que van mas allá del mandato de ACNUR y otras agencias.

En Perú estamos a puertas de las elecciones. En estos tiempos existe la posibilidad de que algunos de los caballos de batalla de candidatos incluyan un discurso antiinmigrante. ¿Qué hacer en estos casos?

Lo importante es no buscar chivos expiatorios, no buscar la división, ni exacerbar tensiones que ya existen, sino buscar soluciones. Los discursos xenófobos y populistas de algunos lideres políticos no contribuyen a esto. Es importante la labor que hacen los medios de comunicación para concientizar a la población. La lucha contra la información falsa, que muchas veces provoca brotes de xenofobia. En momentos de desarrollos políticos hay que tener mucho cuidado con esta situación. pero creo que no debemos exagerar la importancia de estos elementos, que no son mayoritarios. He hablado con muchos migrantes venezolanos que me han contado sobre la ayuda que recibieron en los países de la región por los que pasaron. Es importante recordar también lo bueno.

Finalmente, ¿Cuáles cree usted que son las lecciones aprendidas en la región a causa del éxodo venezolano?

Creo que una cosa ha sido la necesidad de reforzar la capacidad de respuesta, y esto es algo que la pandemia ha hecho aún mas notorio. Si esta falta se da en países de Europa, en nuestros países la necesidad de invertir en los servicios públicos es aún mayor. Otra lección es que, más de 5 millos de venezolanos han salido de su país, y de esos más de 4 millones se han quedado en América Latina. Esto ha tenido un gran impacto. La presencia de la arepa, de la bombita, del acento venezolano en cada país. No hay que a los venezolanos como una amenaza o carga, sino como un potencial que va a ayudar a nuestras sociedades y economías a largo plazo.

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