Editorial: Knock out técnico
Editorial: Knock out técnico

La crisis de los asesores desatada por el ‘affaire Moreno’ ha revelado insospechados flancos débiles en el gobierno. Lejos de ser ya “un capítulo cerrado”, como sugirió la semana pasada el presidente Kuczynski, esta continúa manifestando secuelas y cobrando víctimas en el entorno palaciego.

Específicamente, una denuncia periodística sobre un supuesto cobro de cupos durante la campaña para conseguir plazas en la lista congresal de Peruanos por el Kambio (PPK) desencadenó este fin de semana la renuncia de los asesores Jorge Villacorta y José Labán, quienes anunciaron a través de un comunicado que lo hacían para “salvaguardar la imagen presidencial y evitar que la situación […] sea utilizada para crear inestabilidad política”.

Semejante justificación, sin embargo, llama a extrañeza, pues si en efecto no hubieran hecho nada reprobable, no resulta claro en qué medida su permanencia podría afectar la imagen del actual mandatario o crear la alegada inestabilidad. Una renuncia inmotivada, en cambio, alimenta especulaciones y genera la sensación de que se está tratando de cortar por lo sano con un problema que puede aflorar en cualquier momento. Y, en el caso de Jorge Villacorta por lo menos, algunos problemas no han tardado en hacerse visibles.

Como se sabe, el 7 de agosto pasado, él fue designado asesor técnico del Despacho Presidencial en Asuntos de Prevención y Control de Conflictos Sociales, un cargo para el que la resolución de la Secretaría General de la Presidencia de la República N°015-2013-DP/SGRP, vigente en ese momento, exigía ostentar una colegiatura, un título universitario o el grado de bachiller. Villacorta, no obstante, no contaba con ninguno de los tres.

¿Cómo así se lo nombró de todos modos en el puesto? Esa es una explicación que el gobierno todavía nos debe. En cualquier caso, alguna conciencia de la irregularidad parece haber existido en el Ejecutivo, porque el 9 de setiembre –es decir, más de un mes después del nombramiento– apareció una nueva resolución de la misma secretaría en la que se introdujo una modificación a las disposiciones anteriores: aceptar también estudios universitarios no culminados –como los que tiene Villacorta– como requisito suficiente para asumir la referida responsabilidad.

Este maquillaje posterior, empero, no borra la burla inicial de la norma y deja la sensación de haber sido un cambio hecho a la medida del ahora ex asesor. Máxime cuando algo muy parecido ocurrió años atrás, mientras él se desempeñaba como director y presidente de Sedapal sin cumplir tampoco con los requisitos académicos para hacerlo. En esa ocasión, estos fueron cambiados también poco después.

Independientemente de ello, la idoneidad de Villacorta para trabajar en la prevención de conflictos sociales ha quedado asimismo en estos días en entredicho, pues su descontrolada participación en una reunión con los nativos de la comunidad de Saramurillo, que llevaban más de 40 días bloqueando el tránsito pluvial en el Marañón en protesta por los derrames de petróleo en la zona, exacerbó el conflicto en lugar de apaciguarlo.           

Sumados los dos elementos –el requerimiento soslayado para el nombramiento y la escasa habilidad para la tarea encargada–, la impresión que queda es la de una designación que buscaba ‘pagar’ un favor político (Villacorta se desempeñó como secretario nacional de prensa de PPK durante la campaña y, aunque trató de llegar al Parlamento, no consiguió los votos para hacerlo) antes que atender de la mejor manera posible a una necesidad efectiva de la población.

Vista en perspectiva, además, en el contexto general de las asesorías bruscamente cesadas en las dos últimas semanas, la que ahora nos ocupa pone en evidencia un dato inquietante: que la supuesta ventaja comparativa de PPK frente a las otras ofertas de los pasados comicios –la naturaleza eminentemente ‘técnica’ de los equipos de gobierno que aportaría– es lo que más golpeado ha resultado en la actual crisis. Y, en esa medida, solo una reacción enérgica podrá impedir que tal golpe sea definitivo. Esperamos que las medidas anunciadas anoche por el presidente Kuczynski vayan efectivamente en esa dirección.