El programa abarca un área de 247, 000 hectáreas de exuberante selva amazónica cusqueña alrededor de la zona de influencia del Proyecto Camisea en los lotes 56 y 88.
El programa abarca un área de 247, 000 hectáreas de exuberante selva amazónica cusqueña alrededor de la zona de influencia del Proyecto Camisea en los lotes 56 y 88.

La selva del Bajo Urubamba es un bosque tropical aún lleno de misterios naturales. Considerada uno de los 34 hotspots de biodiversidad del mundo, esta zona con 1’068.881 hectáreas de selva casi virgen es el hogar de ricas especies de flora y fauna, y de la herencia cultural de pueblos originarios como los yine y matsigenka.

Es aquí también donde se desarrolla Camisea, el megayacimiento de gas natural más importante de Latinoamérica. Consciente de la importancia de esta área natural y del impacto que pueden tener sus operaciones de extracción, Camisea implementó en el 2005 el .

Este sistema de control, que funciona con independencia de la administración del proyecto, fue diseñado para vigilar el impacto de los trabajos en el Bajo Urubamba. También busca desarrollar protocolos de mitigación y estudiar los ecosistemas del lugar involucrando a científicos y pobladores de las comunidades nativas que reciben capacitaciones en supervisión ambiental, tomas de muestras en ríos y más.

Desde el espacio

El programa abarca un área de 247, 000 hectáreas de exuberante selva amazónica cusqueña alrededor del área de influencia de la operación Camisea en los lotes 56 y 88. Una extensión y un terreno con formaciones vegetales densas, condiciones climáticas como lluvias y nubosidad que representan un enorme reto y que requiere de tecnología especial que el ha implementado a lo largo de 15 años de control de este ecosistema.

Para llevar a cabo las tareas de análisis de paisaje el utiliza una combinación de imágenes espaciales y fotografías aéreas. Cuatro satélites, entre ellos el Landsat, utilizado por Google y Apple en la creación de sus mapas, son los encargados de recolectar imágenes a escala regional. Mientras que las capturas a detalle se realizan con el sobrevuelo de helicópteros sobre las zonas que no pudieron ser registradas nítidamente por el satélite.

De esta manera, se monitorea con precisión las alteraciones generadas por el proyecto y se controla la evolución de las áreas afectas hasta su restauración. A la fecha, los seguimientos e informes entregados por el han logrado que la huella paisajística –zonas deforestadas o alteradas – de Camisea sea solo de 0,2%, que representa una cifra mínima teniendo en cuenta que el área total de influencia es de 247,000 hectáreas. En los siguientes años espera incorporar el uso de drones para seguir conservando esta área de gran biodiversidad.

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