MDN
(Foto: Alessandro Currarino)
Oscar García

Recordar como propio cada desnivel del asfalto de la ciudad. Reconocer un barrio por su olor y sonido. Estos son los privilegios menores del motociclista urbano. La virtud suprema viene sugerida por el efecto reparador del viento en la cara: la percepción sensorial de la libertad.

Esto lo sabe y lo practica disciplinadamente Tino Basso, motero camuflado civilmente de publicista. Este año Basso nuevamente forma parte de la organización de la versión limeña del (DGR), en español, la Rodada de Caballeros Distinguidos. La cita motorizada será este domingo 30 de setiembre y espera movilizar alrededor de 120 mil bien trajeados en más de 650 ciudades alrededor del mundo.

MOTEROS CON CAUSA
La primera rodada del DGR se dio en el año 2012, cuando apenas 2.500 moteros de 64 ciudades se animaron a vestirse de gala para subir a sus máquinas por una buena causa: la recaudación de fondos a favor de la lucha contra el cáncer de próstata. En el Perú esta rodada se da desde el año 2015. Desde el 2016 la DGR amplió su radio de acción al tratamiento de la depresión masculina. Medio millón de hombres mueren por suicidio alrededor del mundo cada año.
En la edición del año pasado, la acción recaudó –en alrededor de 581 ciudades de 92 países– US$ 4,85 millones de dólares a favor de ambas causas. La meta de este año supone llegar a los US$ 6 millones de dólares.

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