FENÓMENO CULTURAL. El éxito le sonrió al espacio desde su inicio y logró internacionalizarse rápidamente. El programa fue emitido en todo Hispanoamérica, Estados Unidos y posteriormente en China, Japón, Turquía, Egipto, Indonesia, entre otros países. (Foto: archivo histórico El Comercio)
FENÓMENO CULTURAL. El éxito le sonrió al espacio desde su inicio y logró internacionalizarse rápidamente. El programa fue emitido en todo Hispanoamérica, Estados Unidos y posteriormente en China, Japón, Turquía, Egipto, Indonesia, entre otros países. (Foto: archivo histórico El Comercio)
Jorge Chávez Noriega

Apagones, toques de queda y coches bomba. A inicios de la década del noventa, el terrorismo y la crisis económica azotaban al país como una plaga que parecía imposible de contener. En medio de esa pesadilla, los ejecutivos de Panamericana Televisión tuvieron una idea que fue una válvula de escape: le encargaron al dramaturgo Alonso Alegría y a la productora Rochi Hernández crear un programa infantil con un concepto que hasta entonces no se había visto en la pantalla chica local. El pedido fue producir un espacio que reflejara una gran fiesta e incluyera juegos, bailes, canciones, un lenguaje propio –al que llamarían glúfico- y dibujos animados. Así nació “Nubeluz”. Y fue así que la historia de la televisión peruana cambió para siempre.

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