Sentirnos nerviosos antes de salir con la persona que nos atrae o hablar en público es una sensación natural que todos los seres humanos vivimos. Estos están relacionados al Sistema Nervioso Central (SNC) que tiene que ver con el miedo y la ansiedad, haciendo que nos sintamos más alterados de lo normal, ya que a la vez son situaciones que generan estrés. Por ello, Bienestar del Diario El Comercio conversó con la psicóloga Antonella Galli, quien nos brinda consejos para poder manejarlos y usarlos a nuestro favor.
“Nuestros nervios se activan cuando se tiene una percepción de peligro. Se activa el SNC, el cual hace que se presente aceleración cardiaca, sudoración y aceleración de la respiración, porque el cuerpo quiere salir corriendo de esa situación”, explica la especialista.
¿Cómo gestionar nuestros nervios?
Galli nos brinda algunas recomendaciones para que podamos llevarnos mejor con nuestros nervios, sin dejar que en situaciones complicadas se apoderen de nosotros.
- Analiza si tu situación de peligro: Analiza si tu situación realmente tiene la magnitud de lo percibido. “Por ejemplo, cuando nos enfrentamos a exponer, habría que analizar qué pensamientos están relacionados con lo que está sucediendo. Hay pensamientos donde quizás te anticipas de manera negativa a los comentarios de los demás. Eso hace que sienta un peligro en mi mente”, comenta.
- Intenta cambiar los pensamientos negativos por positivos: Trae a tu vida aquellos comentarios que te ayuden a afrontar la situación, en los que tú reafirmes tu autoestima y la confianza en ti mismo, diciéndote “eso no es peligroso”, “yo puedo con esto y nada malo me va a pasar”. Cuando te das esas frases de tranquilidad, tu cuerpo empieza a escucharlas.
- Crea experiencias nuevas y positivas en tu vida: Esto, según explica Galli, es para que el cuerpo empiece a relacionar las situaciones estresantes con otras de calma y comodidad, es decir, puedo aprender técnicas de relajación o respiración abdominal y una vez que afronto la situación varias veces y ya la domino, la sensación de peligro está más calmada.
“Hay un elemento que se llama condicionamiento. Cuando hemos sentido esos nervios antes, están sucediendo en una situación específica y el cuerpo lo registra como un sistema de aprendizaje en el que la próxima vez que te sometas o te involucres en la misma situación, el cuerpo, sin que lo pienses, estará reaccionando con estos nervios”, finaliza.
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