Muy a menudo vivimos con estas dudas: ¿cómo estaré en el futuro?, ¿y si pasa algo malo?, ¿y si no sale como esperaba?, ¿y si en el futuro me va a peor? Probablemente tu mente piense en esto constantemente por miedo a situaciones que no han ocurrido aún. Por ello, el psicoterapeuta humanista y especialista en salud intercultural, Humberto Briceño conversó con Bienestar de El Comercio y nos aclaró el por qué de estos pensamientos.
“Nos importa más la foto que el momento, la meta que el recorrido y el final de los procesos que los procesos en sí mismos. Esto hace que tengamos una tendencia a ser cada vez más ansiosos, con una sensación de que nada nos satisface realmente, y busquemos disciplinas como la meditación o el mindfulness para calmar nuestras mentes. Esta aceleración en la vida es un mal de nuestro tiempo, ante el cual es natural que busquemos formas de re-aprender a estar presentes”, asegura el expecialista.
Pensar en el futuro
Pensar en el futuro no es algo malo ni tampoco algo que nos beneficie, depende mucho del lugar que le demos en nuestro presente. Por ejemplo, al encontrarnos en fechas como estas en las que se cierra un año para empezar otro, es normal que nos preguntemos por nuestro futuro próximo, planeemos e intentemos trazarnos metas para lo que viene.
“Eso no significa que tengamos que negar la incertidumbre, o que no tenemos control todo el tiempo. Es una forma saludable de proyectarnos y tener un orden interno que nos dé calma para encarar todo un nuevo año. Sin embargo, esto puede convertirse en negativo si frente a las cosas inesperadas nos negamos a aceptar que tenemos que ajustar nuestros planes, adaptarnos y muchas veces dejar de lado lo programado. El futuro debe ser entendido como una idea útil, pero nunca más útil que prestar atención a lo que nos va sucediendo”, agrega Briceño.
Pasos para no pensar tanto en el futuro
1. Meditación: “Creo que una disciplina fundamental para darle un lugar sano al futuro es la meditación. Aconsejo mucho a mis pacientes antes de empezar cualquier actividad diaria, dedicarle de 5 a 10 minutos a meditar. Esto se puede hacer sentados en el piso o bien en una silla, conservando la espalda derecha”, afirma el especialista.
2. Vivir el momento: Si nos enfocamos en lo que estamos haciendo en el momento, por más simple que suene, podemos cortar nuestro pensamiento obsesivo del futuro.
3. No reaccionar emocionalmente: Esto quizás sea un poco más complicado, pero lo ideal es que, ante la aparición de un pensamiento obsesivo, se mantenga la calma y se busque distraer la mente.
4. Escuchar música relajante: Se trata de una opción simple aunque cómoda y económica, especialmente si las canciones no tienen letra o son cantadas en un idioma que no se entiende.
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