Todos hemos sentido la sensación de inseguridad ante una situación que desconocemos. “No puedo creer que esto me esté pasando”, “me siento inseguro de mis compañeros de trabajo”, “creo que todo esto lo he conseguido por suerte”. Frases como estas son el reflejo de miles de personas que no tienen confianza en sí mismos para realizar cosas. Podríamos suponer que este tipo de comentarios provienen de profesionales que se encuentran con diferentes dificultades laborales, pero incluso los mayores líderes mundiales los tienen siempre presentes. Su inseguridad ha sido, precisamente, una de las claves del éxito.
A nadie le gusta sentirse inseguro y solemos esconder esa sensación de los demás. Esta no solo puede situarse en el ámbito profesional, también en la personal o en ambos a la vez. Consideramos que no somos lo suficientemente buenos para dirigir un proyecto, para salir con una determinada pareja o para ser un buen padre o una buena madre.
No siempre se presenta con la misma intensidad, puede expresarse en diferentes grados: desde una sensación incómoda a algo realmente paralizante, como cuando nos quedamos sin palabras en una reunión o no nos atrevemos a conversar con alguien por el qué dirán.
La inseguridad puede ser una aliada
Para poder usar la inseguridad a nuestro favor, el primer paso es aceptar que somos inseguros. A veces puede parecer que las personas exitosas están exentas de sentir inseguridad, pero lo cierto es que muchos siguen luchando con ella. Por ejemplo, Michelle Obama sorprendió al mundo en 2019 cuando reconoció que caía en el síndrome del impostor. La persona que lo tiene, percibe sus éxitos personales como una casualidad, no como una consecuencia de su esfuerzo.
La inseguridad como motor para superarnos
Miles de figuras reconocidas a nivel mundial han vivido con inseguridades, como es el caso del actual presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien tiene que lidiar con su tartamudez. Si lo trasladamos a nosotros mismos y contemplamos todos nuestros éxitos desde otro ángulo, veremos que muchos de ellos iniciaron por un deseo de querer mejorar nuestra vida profesional y personal. La inseguridad ha sido en muchas ocasiones la puerta de entrada para realizar esos cambios.
Cuando nos encontramos en un estado físico que no es el que deseamos, y a la misma vez, nos da inseguridad, pero intentamos cambiarlo para sentirnos mejor. Por ello decimos que la inseguridad es la que nos motiva a la acción de mejora como un buen aliado.
En realidad, la inseguridad es inevitable en nuestra vida. No es sano seguir consumiendo todo lo malo que pensamos de nosotros mismos. Necesitamos ponernos en marcha y aceptar que vamos a convivir con ella. Aceptarnos en todas nuestras dimensiones, incluyendo las que no nos gustan tanto, es un buen camino para la serenidad y la felicidad.
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