Mitomanía: ¿Cómo reconocer el trastorno que hace mentir compulsivamente? Psicoterapeuta responde las preguntas más frecuentes

Allá por 1993, Jean Claude Romand era un francés que durante 18 años llevó una doble vida: engañó a todos los que lo rodeaban diciendo que era un médico que trabajaba en la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, cuando la mentira salió a la luz, descrubrieron que Claude había matado a su esposa, a sus dos hijos y a sus padres. Así lo cuenta el libro “El adversario”, de Emmanuel Carrere.

Así como este, hay miles de casos de personas que padecen mitomanía, una patología en la que una persona miente de manera compulsiva. Diversos psicólogos afirman que en el caso de Perú no se conoce la cifra exacta de las personas que padecen este trastorno psicológico, sin embargo, no es algo que se deba pasar por alto. Para explicarnos mejor sobre este trastorno, Bienestar El Comercio conversó con el psicoterapeuta, Jair Luján, quien respondió las dudas más comunes sobre la mitomanía.

La mitomanía es considerada un trastorno psicológico, en la cual hay un patrón de mentiras, exageraciones, inventos de manera compulsiva y recurrente. No es la mentira usual ni la que la persona a veces puede exagerar, sino que se trata de un tipo de conducta constante, medible y que altera las dinámicas de su vida cotidiana.

No se sabe cuáles son las causas definidas. No obstante, se puede considerar muchas veces que está relacionado a traumas que han ocurrido en la niñez, a ciertas necesidades de atención, o también trastorno de personalidad. A veces, una persona que consume sustancias o que tiene el autoestima baja también puede desencadenar mitomanía. Depende mucho del diagnóstico que se le de.

Por ejemplo, un niño ha sufrido de maltratos o justamente de abuso en la infancia entonces ha aprendido desde esa edad a mentir y lo ha hecho de forma exagerada para protegerse a sí misma de no salir lastimada.

No. La mitomanía puede ser diagnosticada por sí misma, como parte de un trastorno psicológico propio, pero muchas veces está acompañado con un trastorno de la personalidad en la que la persona también es mitomana.

No existen tipos de mitomanía, sino que se analizan las conductas de la persona. En el análisis del individuo lo que se hace es ver si hay algún otro tipo de diagnóstico pueda explicar la mitomanía. Por ejemplo, se tiene que descartar causas orgánicas como algún enfermedad en el cerebro, algún tipo de enfermedad física, tenemos que también descartar que sea por consumo de drogas, etc. Formalmente diferentes tipos de mitomanía, están más ligadas a la conducta en general de la persona.

La persona mitómana es consciente de que está mintiendo, pero no puede parar la confusión o no ve la necesidad de hacerlo pese a que muchas veces estas mentiras tienen consecuencias negativas.

No tiene cura, pero si tratamiento con diferentes tipos de terapias. Muchas veces la terapia cognitivo conductual ayuda bastante, porque lo que se hace es analizar con el individuo las razones detrás de este tipo de conducta tan compulsiva.

A veces se recomienda también tratamiento psiquiátrico a través de medicación, esto si se sospecha que la mitomanía está relacionada a algo más grave. Si es así, se recomienda sacar una cita con un psiquiátra para que lo pueda tratar farmacológicamente. Pero, la idea es analizar el origen de estas compulsiones, la necesidad de mantenerlas.

Muchas veces debido a la naturaleza de la mitomanía, se le complica bastante tener relaciones interpersonales, debido a que las personas en su entorno se van a dar cuenta de las mentiras. Puede ser que al inicio no, pero eventualmente las personas se dan cuenta de las mentiras y empiezan a confrontarla.

“Lo que va a hacer el mitómano o la mitómana, es construir mentiras más elaboradas para cubrir las mentiras que se le han ido descubriendo y esto es parte de las compulsiones de la mitomanía. Muchas veces, la persona puede estar consciente de que mentir sería tal vez lo que debería ser, pero esto termina deteriorando sus relaciones interpersonales y profesionales”, agrega Luján.

Es complicado establecer una dinámica coon una persona mitómana, por ello Luján recomienda lo siguiente:

1. Entender: Hay que tener presente que la persona tiene estre trastorno a la salud mental, tiene un problema ahí, entonces no lo hace a propósito.
2. Apoyar: Hay que apoyarlo en su proceso de terapia, aconsejarlo y escucharlo para que no sea un proceso tan complicado de sobrellevar.
3. Establecer límites saludables: Desde el inicio debemos mantener estos límites independientemente de las mentiras que pueden existir. Intentar mantener la comunicación más abierta posible.
4. Si es que no quiere, motivarla a ir a terapia: El tema de la salud mental es bastante complejo, se sigue actualizando constantemente. Esta puede ser mejorada con la ayuda correcta, entonces siempre tratemos de motivar a la persona a buscar ayuda.