Todos los días antes de dormir, Daniel se preparaba para ver pornografía. Era un hábito hacerlo cada noche, pero poco a poco se fue incrementando. Cada vez que podía o estaba solo en su casa, prendía la computadora para verlo; cuando estaba en el colegio, con sus padres o en cualquier lugar sentía la necesidad de verlo, y si no cumplía con ello, buscaba dónde ver o aparecían sentimientos de ansiedad, frustración y su corazón se aceleraba. Daniel tenía adicción a la pornografía.
Actualmente, la adicción a la pornografía es un fenómeno común debido al libre acceso a Internet, ya que en cuestión de segundos podemos encontrar material sexual explícito. Sin embargo, muchos la caricaturizan, sin tener en cuenta el problema serio que genera en las personas que lo tienen. Como su mismo nombre lo dice, la adicción a la pornografía es un problema psicológico basado en la dependencia al consumo de material pornográfico, algo que, se puede acceder desde cualquier dispositivo, revistas u otros.
Cabe resaltar que su categorización como adicción comportamental, aún no está totalmente aceptada, porque no hay un consenso científico acerca de si es un trastorno adictivo u otro tipo de psicopatología. Asimismo, sí es considerada una alteración que debe ser intervenida con apoyo psicoterapéutico, ya que tiene la capacidad de dañar la calidad de vida de la persona que la sufre.
¿Cómo influye a la salud mental la adicción a la pornografía?
Estos son algunos motivos por los que la pornografía puede dañar la salud mental, según el portal Psicología y Mente:
- Interfiere en la autoestima: Poco a poco se vuelve más consolidada esa alteración, la persona aprende a evaluarse negativamente, debido a que verlo todo el tiempo le produce malestar y lo aísla. Asume que una parte importante de su día está vinculada al sentimiento de vergüenza, haciendo que se estanque su desarrollo personal.
- El sentimiento de culpa se incrementa: Cuando una persona adicta a la pornografía se encuentra en una relación de pareja, se siente culpable por no aportar el suficiente interés sexual a la otra persona, ya que la pornografía que observa la canaliza en su relación.
- Hay excesiva procrastinación: Interrumpen tareas o las postergan con tal de ver este material y de masturbarse. Esto hace que les cueste seguir un horario y se les terminan acumulando sus responsabilidades, generando estrés.
- Frustración e irritibilidad cuando no hay pornografía: El pasar muchas horas sin ver pornografía hace que aparezca malestar, estrés y mal humor en las personas. Es decir, que la dependencia lleva a la persona a necesitar pasar una y otra vez por la estimulación sexual con pornografía si quiere evitar el malestar a corto plazo, y se acostumbra a aliviar cualquier malestar con estas rutinas.
- Da lugar a disfunciones sexuales: El umbral de las personas que tienen adicción a la pornografía se eleva de manera que suelen aparecer disfunciones sexuales en cualquier otra actividad sexual que no implique usar el material pornográfico.
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