Beatriz Boza, socia de Gobierno Corporativo y Familias Empresarias en EY, conversó con El Comercio a raíz de la publicación del libro ‘Arraigos’, que reúne las historias y perspectivas de 50 empresarios nacidos fuera de Lima. Como indicó la ejecutiva, estas son experiencias de personas que afrontaron crisis y tienen una visión distinta del país, siendo ejemplos para aprender.
Hablemos de las empresas familiares y su resiliencia. Teniendo en cuenta el 2024 que tuvimos, ¿qué primeras impresiones tienes de estas familias?
Hemos hecho un esfuerzo para traer noticias nuevas. Conversamos con 50 propietarios de empresas a nivel nacional. Todos ellos nacieron fuera de Lima, sea Ollón, sea Cajabamba, sea Sicuani, Huamanga, Islay o de acá de Arequipa. Una de las cosas que uno ve de este empresario familiar mayormente es que tienen esperanza. Todos en algún momento estuvieron en el hoyo más profundo a lo largo de su trayectoria empresarial. Les preguntamos y 38% de ellos decían ‘oye, estuve al borde de la quiebra, tuve que hipotecar mi casa, tuve que cerrar una empresa’. Otro tercio te decía ‘he tenido que darle un giro profundo a mi negocio o migrar a otro sector. Y un 25% nos decían ‘he sufrido fraudes y también he tenido que lidiar con la corrupción’.
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Pese a ello, todos nos dijeron que tienen confianza en el Perú, porque todos practican el ver el vaso medio lleno. Cuando conversas con ellos ‘¿Y cómo ves el futuro? Maravilloso, quiero seguir invirtiendo’. Para mí fue un baño de una realidad diferente.
Es una característica que trae el líder de la empresa y que debe impactar en todos sus trabajadores y colaboradores.
Son una máquina de esperanza y me he inspirado en ellos para poder decir que en el sector privado tenemos que sembrar esperanza. Nuestro futuro pasa porque lo veamos con optimismo.
Estas empresas familiares forman parte de todo el ecosistema económico peruano. ¿Cuál crees que es el principal valor que aportan o que llevan a la dinámica económica nacional?
Hay tres valores que los podemos medir en distintos niveles. Los que tenemos en este libro, las 50 entrevistas, son 50 personas han generado 61.000 empleos, ¿cómo multiplicas eso? Hay unos que generan 13.000 empleos, otros que están generando 80.000, pero cada empresario que hace empresa en promedio genera 50.000 a 61.000 empleos. Hay un impacto directo ya no solo para tu familia, sino para las familias que te rodean, para sus clientes.
Un segundo impacto es la fe que tienen en el Perú. Es gente que le preguntamos ‘después de la pandemia, después de las últimas elecciones generales, ¿pensaste mudarte a residir en el extranjero?’ ¿Qué crees que nos dijeron? 76% que no. Y de ahí les pregunté, ‘con todo lo que te ha pasado, ¿alguna vez dejaste de creer en el Perú?’ Y te dicen que no, nunca, jamás.
Es una confianza indestructible.
Son personas que han pasado la adversidad, que han estado en el hoyo más profundo y miran el Perú diferente. Creo que tenemos que aprender de ellos.
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¿Confiar en el Perú, quizá es ese ‘boost’ que nos hace falta?
No se supone que tenemos que esperar a que el gobierno nos dé, a que el Congreso o a que venga un salvador a ayudarnos. Nosotros, todos los 33 millones de peruanos, podemos decidir mirar el futuro con optimismo.
Sobre ‘Arraigo’, son 50 experiencias. Cuénteme un poco quiénes son y de qué regiones vienen los protagonistas.
Esto es una obra colectiva que no hubiese sido posible sin El Comercio, sin la alianza que tenemos para sacar adelante el premio Líderes Empresariales del Cambio, porque todos los empresarios que están acá son líderes empresariales. Es decir, pasaron un proceso de selección sumamente exigente, luego sus historias se publicaron en el diario El Comercio y las oímos. Hay veces que uno oye algunas cosas que no son tan adecuadas y hemos escogido a 50 que nacieron fuera de Lima.
Este libro busca sembrar esperanza. Y esto comenzó hace 10 años, cuando comenzamos con el Diario a impulsar el premio. Es una manera de visibilizar un Perú diferente, un Perú que cree en el Perú, que tiene raíces y que desde acá está forjando un futuro diferente.
Visibilizar también a quienes hoy son los líderes que son un modelo a seguir.
Visibilizar nuevos rostros, visibilizar nuevos formatos de negocio y darnos cuenta que hoy en día ser empresario no es una ventaja de Lima, es algo que se puede hacer y puede nacer a nivel nacional.
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