El secretario general de la Conmebol, el argentino José Luis Meiszner, calificó hoy de imperdonable e incomprensible la forma en que la policía brasileña agredió anoche a los jugadores del Arsenal bonaerense, tras el partido de la Copa Libertadores con el Atlético Mineiro.
Lo que hizo anoche la policía de Brasil a los jugadores del Arsenal es imperdonable e incomprensible, y no se puede repetir, dijo el dirigente a la agencia estatal argentina de noticias Télam. Sin embargo, nosotros no podemos asegurar, seria y responsablemente, que esto no volverá a suceder, porque tenemos limitaciones, admitió Meiszner.
La Conmebol aplica medidas disciplinarias mucho más estrictas a partir de la creación de distintas unidades que funcionan como tribunales y actúan en lugar del Comité que funcionaba para aplicar justicia, señaló.
Tras la victoria del Atlético Mineiro por 5-2 ante el Arsenal, la policía de Minas Gerais chocó con los jugadores argentinos en el campo de juego del estadio Independencia de Belo Horizonte. Las sanciones que aplican los tribunales ahora se publican para que todo el mundo sepa de qué se trata, y son muy severas, comentó Meiszner.
Lo ocurrido ayer en Brasil fue un caso de mala praxis en la aplicación de las medidas de seguridad, porque lo que hizo la policía local fue un acto contra natura para una sociedad moderna, indicó Meiszner.
DETENIDOS Y LIBERADOS La policía brasileña presentó cargos contra ocho futbolistas del Arsenal por el hecho ocurrido en la ciudad de Belo Horizonte. Los jugadores fueron detenidos y posteriormente liberados tras pagar una multa de 30 mil reales (15 mil dólares), suma que fue facilitada por el Atlético Mineiro tras un acuerdo con el club argentino, que devolverá ese importe en un plazo de diez días.
Además, por daños comprobados en el vestuario, el Arsenal deberá pagar otros 20 mil reales (10 mil dólares), que serán donados por el Ministerio Público a instituciones de caridad.
Los jugadores fueron acusados de desacato a la autoridad, lesiones corporales y daños al patrimonio, estas últimas referidas a destrozos en el vestuario en medio de la gresca, desatada por la actuación del árbitro paraguayo Enrique Cáceres.