El fútbol más admirado, y más exitoso, de los últimos años comenzó su recorrido en una tierra descarnada y rojiza de minas y cementerios industriales donde un grupo de ingleses fundaron la Rio Tinto Company Limited en 1873.
El fútbol español, cuyos principales equipos (Barcelona y Real Madrid) empiezan esta semana su sueño de llegar a una nueva final de la Liga de Campeones, se inició en Riotinto, Andalucía.
Los ingleses no sólo llevaron sus costumbres y su arquitectura sino un juego que escandalizó a los lugareños por violento y obsceno.
Riotinto (Andalucía) era un pueblo aislado del mundo. Para llegar allí había que transportarse en caballo. A los riotinteños les parecía muy raro que los ingleses se reunieran en pantalones cortos a darle patadas a una pelota. Las madres no dejaban que sus hijas se acercaran a mirar porque estaban en paños menores. Fue un escándalo, comenta a BBC Mundo el historiador Rafael Cortés, de la asociación Cuna del Fútbol español.
Era la primera vez, de la que se tiene constancia, que se jugaba fútbol en España. La primera república estaba al borde de la ruina y había decidido vender las minas de Riotinto, ricas en cobre, oro y plata.
Arañadas durante siglos por tartesios y romanos, las minas todavía tenían suficientes minerales para alimentar la transformación industrial de Gran Bretaña.
Se vendió todo el pueblo. No sólo las minas sino el suelo y el subsuelo, las calles, las casas, la plaza, anota Cortés. Aquel poblado ya no existe, quedó sepultado bajo la escoria de los hornos donde se fundían los metales.
Después de crear la compañía, los recién llegados construyeron un típico barrio victoriano, Bellavista, y casi inmediatamente abrieron el Riotinto Football club. No sólo jugaban fútbol sino también tenis, golf y críquet.
El pequeño y pobre poblado andaluz donde se mataba el tiempo cazando liebres o jugando a las cartas, se convertía en el epicentro de una revolución.
DONDE TODO EMPEZÓ En la entrada de Riotinto hay un cartel que recibe al visitante con una evocadora frase: Bienvenidos a la cuna del fútbol español.
A su lado discurre el Río Tinto, de aguas granates y sulfuradas, y el paisaje marciano de colinas naranjas donde la NASA analiza bacterias que han sobrevivido a las condiciones de vida más parecidas al planeta rojo.
Somos la madre, donde todo empezó. Es un orgullo tremendo saber que aquí nació el fútbol español, comenta a BBC Mundo el concejal Rafael Perea mientras explica que a través de la asociación Cuna del Fútbol el pueblo entrega un galardón a jugadores míticos como Alfredo Di Stéfano.
Del primer equipo que crearon los ingleses sobrevive el Riotinto Balompié y una escuela con más de 100 jóvenes que sueñan con jugar en la ligas europeas. Uno de esos chicos juega actualmente en el Rayo Vallecano de Madrid, José Carlos Fernández.
Con 4.500 habitantes, Riotinto sufre una crisis desde hace años por el cierre de las minas y el desempleo. La Copa del Mundo y las dos últimas Eurocopas ganadas por La Roja, como se conoce a la selección española, sin embargo, les han hecho sentir que son un pueblo bendecido.
Este año se cumplen 140 años del nacimiento del fútbol en España y los riotinteños no caben de orgullo.
LOS ORÍGENES DEL ESTILO ESPAÑOL Hasta 1890 los lugareños no empezaron a jugar. Se consideraba que el fútbol era para cierto nivel social. Los ingleses tenían mejores sueldos, viviendas y eran los que mandaban, relata Cortés autor, junto a José Luis Domínguez, del libro Minas de Riotinto, cuna del fútbol en España.
La prensa de la época y novelas actuales como El corazón de la tierra o El metal de los muertos describen las diferencias sociales, las difíciles condiciones de trabajo de los mineros y un hecho que sigue despertando polémica, El año de los tiros (1888).
Una protesta de mineros por la fuerte contaminación que provocaba la fundición del cobre fue duramente reprimida por el ejército español. Aún se discute si fueron decenas o cientos los que murieron, señala el historiador.
Para entonces los riotinteños ya practicaban en las escombreras de las minas con alpargatas y pelotas de trapo el extraño deporte de sus jefes.
En los bares, los ingleses explicaban las reglas del juego mientras bebían la que llamaban la men water (agua de hombres), el aguardiente de la zona.
En el pueblo hay quienes creen que en esos años comenzó a forjarse el estilo de juego español, de más maña que fuerza. Los nativos eran más pequeños y tenían que rellenar con algodón las botas que les dejaban los británicos.
La compañía abrió una escuela para escolarizar a la gente y en las tardes se jugaba fútbol, detalla Cortés. Poco a poco los equipos comenzaron a ser mixtos, ingleses y españoles.
PRIMERA GUERRA MUNDIAL En 1889, el británico Alexander Mackay fundó el Club Recreativo de Huelva, el equipo de fútbol más antiguo registrado en España. El fútbol se filtraba por donde los ingleses dejaban su huella: Jérez, Almería, Bilbao, hasta que estalló la Primera Guerra Mundial.
Los jugadores británicos tuvieron que ir a la guerra, cinco de ellos murieron. A partir de ese momento el Riotinto pasó a ser conformado en su mayoría por españoles, explica Cortés.
En el pueblo se conserva el único monumento en homenaje a los caídos en la Primera Guerra Mundial que hay en España.
EL DÍA MÁS FELIZ DE RIOTINTO En 1920, Riotinto era un hervidero de obreros de toda España, con más de 11.000 habitantes y 20 equipos de fútbol. La compañía seguía necesitando brazos mientras atenuaba la posibilidad de una huelga con la creación de una liga. El fútbol ya formaba parte de España.
Cortés, de 73 años, recuerda que esta historia la han ido recogiendo a trozos. No se valoraba y no éramos conscientes de lo que significaba. Hay que darle gracias a los ingleses por habernos dejado este deporte, apunta y luego recuerda uno de los momentos más felices que se han vivido en Riotinto: cuando España se coronó campeona en el Mundial de Sudáfrica.
Salimos a la plaza a celebrar. Uno del pueblo montó unas lanzaderas de espuma para bañar a la gente y se armó la de Dios. Fue una fiesta. Ese día sentimos que somos un pueblo importante, señala el historiador.