La triste historia de Tito Vilanova y su lucha contra el cáncer se inició un 22 de noviembre del 2011. Ese día, el entonces asistente de Pep Guardiola en el Barcelona, fue operado de un tumor en la glándula parótida mientras el equipo viajaba a Milán para jugar un partido de Champions.
Luego de una lenta recuperación, el entrenador retomó su posición en el banquillo, al lado de Guardiola. Tras la partida de este último, el club anunció que el nuevo técnico del equipo era Vilanova, quien terminó ganando la temporada 2012/2013 sumando 100 puntos en la Liga.
Barcelona ganó el campeonato español, aunque tuvo una recaída en su juego. El 19 de diciembre de 2012 se hizo oficial que la enfermedad del entrenador había reaparecido por lo que debía viajar a Nueva York para ser tratado. Jordi Roura, su asistente, quedó al mando.
El martes 2 de abril, Vilanova reapareció en el banco del Barcelona. Ese día dirigió a su equipo en el empate ante París Saint Germain en Francia por la ida de los cuartos de final de la Champions League.
Al término de la temporada pasada, Tito volvió a los Estados Unidos para someterse a una prueba rutinaria de su enfermedad. Todo parecía estar bien; no obstante, hoy se anunciaría su salida del club catalán debido a una tercera recaída que no le permitiría seguir como entrenador.