La violencia en las gradas del fútbol causó vergüenza en Turquía. Ayer, decenas de hinchas invadieron el campo en el derby de Estambul entre Besiktas y Galatasaray. Los incidentes obligaron a suspender el partido dos minutos antes del final.

Una mancha negra, escribió el periódico Takvim para calificar la invasión del campo por parte de cientos de fans del Besiktas y los altercados con lanzamientos de sillas.

Para el deportivo Fanatik, el suceso, que obligó a los dos equipos a refugiarse rápidamente en los vestuarios y terminó con decenas de personas detenidas, fue una vergüenza.

VIOLENCIA EN LA CANCHA Más de 76.000 personas se reunieron el domingo en el estadio Atatürk para ver el primer derby de la temporada. Según una nueva normativa, los seguidores del equipo visitante, en esta ocasión el Galatasaray, no pudieron entrar al partido, por lo que las gradas estaban llenas de fans del Besiktas, líder de la SuperLiga turca.

Los ultras del equipo, que forman parte del grupo de ideología anarquista Carsi, estuvieron en primera fila en verano (boreal) en las protestas antigubernamentales en la plaza Taksim de Estambul.

Durante el partido se escucharon proclamas de las revueltas sociales y la policía fue abucheada.

Poco antes del final del partido, se desató la violencia, aunque no está claro si el responsable es el Carsi o grupos rivales.

Después de una tarjeta roja al jugador del Galatasaray Felipe Melo, cientos de fans se lanzaron al campo cuando el Besiktas perdía por 2-1 y se dirigía a su primera derrota, la primera tras cuatro victorias en otros tantos partidos en la Liga turca.

Los disturbios, que según la policía se saldaron con 66 detenciones, impidieron la fiesta del ganador, al menos por el momento. Ahora la Federación Turca de Fútbol (TFF) debe decidir en los próximos días qué medidas toma.

El periódico Habertürk especuló con la posibilidad de que el Galatasaray sea reconocido como ganador por 3-0.

El Besiktas, que ya fue excluido por la UEFA por una temporada de la escena europea por fraude, podría enfrentarse a una sanción de seis partidos sin público en su estadio.

Debemos aprender que el fútbol sólo es un juego, advirtió el vicepresidente de la TFF, Ufuk Özerten.