MIGUEL VILLEGAS
El lunes se estrenó Los amores de Polo, ficción en la que Paco Bazán tiene el rol protagónico para dar vida al compositor Augusto Polo Campos. Arquero, actor, hombre de familia. ¿Cuántas versiones hay de Francisco Bazán?
Dice que le ha costado mucho entender la vida de Polo Campos, pero siempre soñó con este momento.
Estoy hablando con el Paco ex jugador, el Paco actor ¿Con quién? Estás con el Paco que tú conoces, Miguel, un hombre en permanente búsqueda. Una persona que ama la vida, que, cuando estuvo en malos momentos, el fútbol quizá, nunca dejó de soñar en otras cosas. Jamás renuncié a mis sueños.
¿Ser actor era uno de ellos? Sí. Yo siempre quise ser actor. Dedicarme a esto era solo una cuestión de tiempo. Fue mi permanente búsqueda, incluso antes de dejar el fútbol en el 2009.
¿Te habría gustado solo dedicarte a la actuación? Me siento orgulloso de todo lo que hice en el fútbol. Me tocó vivir vestuarios increíbles, salir campeón con el equipo del que soy hincha, jugar por la selección en todas sus categorías [menos la mayor]. Pude cumplir esos sueños, hasta que me lesioné y dije ¡basta!
¿Te dolió la decisión de retirarte? Sí, claro. Yo había compartido el vestuario con un comando técnico de lujo como el de Juan Reynoso en el 2009… y pasó lo del clásico. Fue Juan el que habló conmigo y me dijo: Paco, vamos, ya fue suficiente; no sufras más. Él me convenció. Salimos campeones ese año, pero yo no pude ocultar mi tristeza porque estaba dejando mi otra pasión. Entonces tomé mi book de modelo. Recuerda que yo había sido imagen de catálogo de varias marcas aquí y me fui a Nueva York, a empezar de cero y prepararme para subir a un escenario.
¿Ahí empezó todo? Estudié en la escuela de Sanford Meisner. Vi mucho teatro y me relacioné con personas del medio. Incluso trabajé como modelo, que es un gran ejercicio para entender cómo funciona el sistema americano, el profesionalismo, el compromiso. Los alumnos de las escuelas empiezan limpiando los teatros y van asumiendo roles cortos hasta llegar a protagonizar. Hay una mística muy especial. Por eso es tan importante para mí estar bien preparado. De regreso a Lima estudié con Leonardo Torres Vilar, que respira, habla y siente la actuación desde que nació. He trabajado con Efraín Aguilar, cuya formación es reconocida, y actualmente me dirige Oswaldo Cattone en La heredera, un maestro generoso.
¿Qué es lo más difícil de actuar? Meisner dice: Actuar es la capacidad de vivir fielmente en circunstancias imaginarias.
¿Extrañas el fútbol? Extraño el camarín.
¿Te duele haber terminado tu amistad con Chemo del Solar? Mira, ese es un tema que ya está zanjado. Lo que te puedo decir al cabo de todo este tiempo es que yo sí lo admiro, me quedan grandes recuerdos de él porque fue mi ídolo, luego mi compañero, y finalmente mi amigo. Eso no va a cambiar. Lo que pasó involucró a otras personas [su padre]. Escucharlo siempre será un deleite, por todo lo que sabe de fútbol.
¿Tu protagónico en Los amores de Polo es comparable con alguno de los títulos que celebraste? Mientras grabamos la miniserie, formamos un grupo sólido y amical en el ámbito personal y profesional: todos comprometidos y entusiastas bajo la dirección de Efraín Aguilar. Y esto me recuerda al vestuario que viví en el 2002 con Ángel Cappa, con Chemo, con el ‘Puma’, con el ‘Nuno’ Molina, unos tipos increíbles. Sin cobrar seis meses salimos campeones. Yo no sé si algo así se puede repetir en el mundo si hasta ahora me acuerdo de lo que hacía Carranza con su camioneta: pasaba a recoger a todos los chicos que vivían por el Cono Norte. Parecía una combi su carro. O el Chemo, que llegaba todos los días con cien panes y un kilo de jamón para tomar desayuno. O el ‘Nuno’, con sus tamales. Era una familia hermosa que ocupa un lugar importantísimo en mis recuerdos.
¿Cómo es trabajar con Gisela? Es una diosa. Es la reina. Yo la conocía y la admiraba, por todos sus años en la televisión, pero ahora que la conozco puedo dar fe de la buena persona que es, de todo lo que trabaja, de la buena amiga y maestra que se ha convertido para mí. Además, mira la cantidad de veces que se ha reinventado. Solo Madonna en el mundo lo hace tan bien como ella.
Primero Cattone, después una serie de Miyashiro, luego Gisela, ahora Efraín Aguilar con Los amores de Polo. Estás con todos los monstruos de la TV, ¿no? No lo había visto así pero tienes razón. Soy un privilegiado de trabajar con tan buenos actores y directores. Los que mencionas son fieles a su vocación, han desarrollado una carrera, han sobrevivido a ese monstruo que puede ser el ráting. A mí solo me queda agradecerles. Es un lujo actuar noche a noche con un primer actor como Hernán Romero y una actriz símbolo, entrañable y cálida como Regina Alcóver.
¿Piensas volver al fútbol de alguna forma? No. Hoy mi presente y futuro está en la actuación. En el 2014 pienso viajar a Nueva York a completar mis estudios; tengo planes con Cattone Si me contaban que así iba a ser mi vida fuera del fútbol, no lo habría podido creer.