CHRISTIAN CRUZ

Su mundo cabe en la palma de su mano. El fingerskate o minitabla es un deporte que imita los movimientos del skate, pero montas una diminuta tabla de unos diez centímetros solo con dos dedos de la mano. En el Perú este deporte va teniendo bastante acogida y Freddy Herrera, junto a Bruno Calderón, han creado la marca Smood Fingerstake, con la cual intentan impulsar esta actividad.

¿Cómo empezaron? A todos nosotros nos gusta montar skate y cuando tienes eso en la cabeza estás imaginando siempre cómo mejorar tus movimientos. En el colegio imitaba los trucos con las reglas o lapiceros y te vas dando cuenta de que sí te sale. Un día un amigo me dijo por qué mejor no me compraba una minitabla y así empezó el gusto por el ‘finger’.

Y la compraste… Sí, en el mercado y era de plástico, de esos que venían de regalo en chizitos. Por eso mejor decidí hacerme una yo mismo. Pegué láminas de madera y como no tenía prensa, lo puse debajo de las llantas del carro, pero no me salió. Luego lo apreté con una gata y ya por fin tomó la forma. Igual me salió malaza, pero tenía todo, era mi creación.

Ahí empezaste a planear la marca Smood. ¿No fue muy riesgoso? Esa tabla que estaba mal hecha fue mi primera venta. Vino un amigo, la vio y me la compró, y así otros me preguntaban y querían que les hiciera más tablas. Fue en el 2007 que junto a Bruno Calderón decidimos empezar con el negocio. Hay tres marcas conocidas: Smood, Artifit y Delwood en Chiclayo.

¿Cuáles son sus características? Mide poco más de 10 centímetros y 32 milímetros de ancho. El espesor depende del material con que se haga. Es raro, pero como se practica con los dedos se sienten las diferencias de medidas. Un milímetro puede marcar la diferencia para que puedas maniobrar mejor la tabla.

Uno podría pensar que es un pasatiempo cualquiera Si sé que es lo que piensa la gente. La tabla no es un juguete. Para nosotros esto es un deporte, una pasión como lo puede tener cualquiera con otros deportes. A los que me preguntan de qué voy a vivir les digo que quiero vivir de esto. Ser reconocido por mis trucos. Hacer tablas y venderlas y organizar campeonatos, como lo he venido haciendo, para que más gente entre a este deporte.

¿Cuánto tiempo le dedican? Depende de nuestras actividades. Pero sí como mínimo una o dos horas diarias. Es que en realidad lo puedes hacer en cualquier lado y lo único que requiere es práctica. Yo en mi trabajo me pongo a practicar en mi escritorio, por ejemplo, pero ya mis compañeros me han dicho que deje de hacerlo porque no les gusta el sonido de las llantitas o no sé qué. Me han amenazado con decomisarme mi tabla, están locos [risas].

¿Cómo ves el avance de este deporte en nuestro país? Mira, hay mucha gente que está interesada. Más de lo que uno imagina. Hay grupos en Lima , Chiclayo y Arequipa, que son los más fuertes, pero también tenemos contacto con gente en Tacna y Cusco.

¿Por qué aún no es masivo? Es cuestión de organizarnos. Por ejemplo, en mayo voy a organizar campeonatos todos los sábados. La idea es que luego se convierta en un torneo anual y así seguir. Quizás piensen que es un deporte caro, pero no lo es tanto. Una tabla peruana te está costando entre 150 y 200 soles, mientras que las importadas llegan a costar hasta 500 soles.

¿Cuál es el éxito que se puede conseguir? Esto se originó en Estados Unidos y se perfeccionó en Alemania. Llegó a nosotros gracias a Internet, donde podemos ver los trucos. Grabas tus videos haciendo las maniobras y las subes en tu red social o YouTube y la gente te empieza a ver. Te haces conocido y las marcas pueden apostar por ti y patrocinarte. Están los campeonatos donde se gana dinero. En Estados Unidos los premios van desde los 5 mil dólares para los adolescentes, eso es bastante.

¿Ustedes están asociados? No existe una federación ni nada, por eso nosotros con la marca Smood tratamos de reunir a la gente organizando campeonatos. En el primer campeonato que hice en mi patio, hace cuatro años, hubo 17 inscritos, pero el año pasado llegaron a ser 60 y vino tanta gente que tuve que a

¿Qué esperas del fingerskate? Como ya dije, vivir de esto. Pero también quiero que este deporte sea algo más. Tengo un proyecto para llevar el ‘finger’ a los colegios, como parte de las actividades recreativas y que se hagan talleres de cómo practicarlo. Mi idea es que los chicos dejen de jugar Play Station y se dediquen a este deporte.

Alguna anécdota que recordar. Bruno empezó con esto porque se lesionó y no podía hacer skate, entonces su amiga le regaló una tabla para que se entretuviera y ahí empezó. Eduardo Luna, que es el que más tiempo lleva haciendo esto (13 años), creía que había inventado el fingerskate cuando empezó, pero cuando Internet llegó al Perú se dio cuenta de que ya se le habían adelantado [risas].