El cargamontón contra Anderson Santamaria se explica por tres errores seguidos en los últimos tres partidos. Su estilo de back temerario colisiona con la prédica del hincha cuando está nervioso: “que la reviente, caracho”, dicen frente a la TV. Pero Santamaría no la revienta porque la selección peruana de Ricardo Gareca -en buena cuenta por el propio Gareca- tiene como mandamiento uno la salida prolija antes que el balón dividido.
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Han sido más las buenas que malas en su ciclo de 6 años, pero tanto con Dinamarca como con Francia en la copa mundial 2018 nos hicieron goles cuando intentamos salir así. Si el estilo no gusta es, sin duda, un tema que supera a Santamaría.
El problema, sigo, no es la idea de salir jugando sino la falta de criterio para hacerlo. Primero del back, para exponer la pelota en zonas donde es mejor ser puntual y segundo, y principal, del propio Gareca al apostar las últimas fechas por dos backs tocadores (Santamaría y su socio Alexander Callens), cuando su mejor Perú siempre tuvo un central menos técnico y otro más.
Dos zagueros del perfil Santamaría/Callens le aumentan un riesgo innecesario al fondo. Ni el Barza de Pep tenía dos así. Eran Carles Puyol -un duro- y Gerard Piqué -un sutil-. El Perú de hoy inicia nervioso. O incluso más nervioso que antes. Al Mundial fue con un Christian Ramos más posicional y ‘Mudo’ Alberto Rodríguez más lujoso. Y subcampeón de Copa América 2019 fue con Carlos Zambrano y Luis Abram (dos backs muy concretos). El técnico no debería olvidarlo.
Parte del indiscutible éxito de Gareca ha sido interpretar y respaldar las condiciones técnicas del jugador peruano. Cuando él decía que creía en el talento de casa, se refería a detectar, potenciar y alentar un tipo de juego atrevido, muy asociado con la pelota al piso y el engaño al adversario. Pero creer en el “fútbol peruano” no es confundir a Santamaría con Meléndez y suponer que el gran Julio -al que vi mucho en los años 60/70- era un loco que quería ser Pelé en cada maniobra. Las dosis de “salir jugando” son las que se deben moderar ya, porque hacer “chocolate” todo el tiempo y desde cada jugador no es principista, sino irresponsable.
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