Juan Reynoso siempre fue distinto, quizás dictado por su naturaleza o forjado por lo que vivió durante su carrera. No subió al fatídico viaje de Alianza a Pucallpa, pero dejó el cuadro íntimo para ir a Universitario. Se vistió de los colores de los compadres, pero nunca negó su hinchaje por Sporting Cristal. Profesionalismo total. Paradojas, también. Hoy, la situación de la selección peruana lo coloca como el principal candidato para tomar el puesto que deja Ricardo Gareca.
LEE TAMBIÉN: Ricardo Gareca, así fueron las negociaciones con un técnico histórico que se sintió manoseado | CRÓNICA
Exigencias
La imagen que se tiene de Juan Reynoso es muy distinta a la que relatan quienes la conocen. Por eso hace unos meses conversamos con algunas personas que estuvieron mano a mano con él para saber cómo es trabajar con el técnico que hoy suena como candidato para colocarse el buzo de la selección peruana.
Por la experiencia de Juan Reynoso dirigiendo en el fútbol peruano, se sabe que es un entrenador muy exigente tanto con sus jugadores como con la dirigencia que lo contrata. “Por eso solo dirigió a Melgar y Garcilaso, donde en estos tiempos eso [presupuesto] no falta”, nos decía Alfonzo Cornejo, con quien trabajó en Universitario 2009-2010 y en Melgar.
Así se explican cómo se dieron sus salidas de algunos clubes. Pese a la buena relación que estableció con la dirigencia de Universitario, el cuadro crema no tuvo las mejores condiciones en el 2010 -pese al título del año anterior-, por lo que Juan se marcha. En Aurich tuvo problemas con la dirigencia que no cumplían con sus requerimientos y dejó el cargo.
MIRA: FC Emmen: ¿Por qué el club neerlandés es la puerta de entrada a los peruanos en Europa? | INFORME
A inicios de su carrera, Reynoso empezó como asistente en Necaxa, hasta debutar en Bolognesi 2007 y luego pasar a Universitario, donde logró el título 2009. Tuvo un paso por Aurich y Cristal hasta lograr regresar a México en el 2012, donde entrenó al Cruz Azul Hidalgo. Ya se había ganado un status como técnico. Hace poco decía que él trabajó como futbolista dejando puertas abiertas en los clubes donde estaba. “Después de Puebla o algún equipo más en transición donde se marque un proyecto importante”. Los proyectos son lo que los motivan.
Y es tanto lo de ver el todo que uno de nuestros entrevistados nos contó que cuando Juan Reynoso negociaba sus contratos de renovación, más que buscar el beneficio personal en las mejoras del sueldo, lo que buscaba el ‘Cabezón’ eran las mejores de las condiciones de trabajo o de dar más pasos como institución, como potenciar las divisiones menores o mejorar los campos de entrenamientos.
Hermetismo y la prensa
“Es de mucha exigencia”, repetía Alfonzo Cornejo. “No le gustan los elogios”, nos decía un amigo muy cercano al ‘Cabezón’. “Es amigo dentro y fuera del campo. Pero ya en el terreno de juego pasa a ser autoridad”, nos comenta Ysrael Zúñiga.
Está pendiendo del más mínimo detalle y como anécdota queda lo que vivió en Melgar. Se había elaborado un folleto de presentación del plantel. A él le pareció bien la idea, pero minutos después de ver el impreso, llamó a los encargados para criticarles que Carlos Beltrán salía con un arete en la foto. La foto era tamaño carnet, pero Reynoso se fijó hasta en eso.
“Sí hay una burbuja de no intromisión… mucho menos de la prensa”, nos aclaraba Alfonzo Cornejo. Y esa parte la conocemos todos los que estamos de este lado de la historia. Pasó un sinfín de veces. “No busco ser simpático, solo hacer buen trabajo”, “Hablo solo en copa, pero si me ayudas a pagar los 8 mil dólares de multa no me ves ni aquí”, entre otras declaraciones que tenían el destinatario directo: la prensa.
Paradojas de la vida. Alguna vez Juan Reynoso le confesó al periodista Mario Fernández que su sueño de pequeño era ser periodista. Ya de adolescente olvidó la idea y se pensaba un doctor, pero el fútbol se cruzó en su camino.
“Era hermético. Callado. Solo hablaba con los de su seguridad”, nos cuenta alguien que estuvo en Juan Aurich cuando él dirigía al cuadro chiclayano. Esta persona no pertenecía a ese círculo que suele armar Juan Reynoso y así lo veía. “Era poco el acercamiento que se tenía con él”. Incluso se llegó a dar el caso de que antes de poder coordinar con él, había que hacerlo con la gente de su seguridad.
“Era de carácter especial. Exquisito”. Así también lo describen y lo recuerdan con ejemplos desde la comida hasta el transporte que usaban. Si no le gustaba, pedía que para el día siguiente sea cambiada.
LEE TAMBIÉN: Las conclusiones que dejó la primera victoria de la Sub-20 de Perú en la era de Gustavo Roverano
Alguna vez se declaró un “fantasma” para no responder a una llamada de Deporte Total para una encuesta por el inicio de las Eliminatorias 2010. Así es él. O así era. “Ha habido errores de ambas partes”, reconocen de su entorno. Reynoso no es un entrenador que tira titulares, pero tampoco es quien permite que lo que se maneja dentro de su plantel trascienda. Da sus reglas y todos quienes se comprometen con su proyecto lo deben cumplir. Si no que lo digan los jugadores de Universitario que fueron multados por declarar a los reporteros de cancha tras un clásico en Matute.
Si hay algún problema o enfrentamiento dentro del plantel, él busca solucionarlos de manera directa, con testigos de cómo se están tomando las decisiones a seguir, pero con el compromiso de que de ese círculo que trabaja no salga nada, no se ventile nada. Así ha sido toda su carrera. Solo se recuerda de algo que pasó en el 2011 con el plantel de Cristal, que recibió el permiso de Reynoso de realizar una parrillada de camaradería, pero algunos jugadores prolongaron la reunión en un pub miraflorino. Los resultados no lo acompañaron y tuvo que dejar el cuadro rimense antes de fin de año.
El juego
Es difícil encontrar a jugadores que tengan palabras en contra de Juan Reynoso. “Lo aman porque sienten que él los potencia en lo futbolístico y en lo humano”, nos dice uno de nuestros entrevistados. Ysrael Zúñiga es el más indicado para hablar en este tema y él siempre supo que las exigencias de los entrenamientos rendirían frutos en los partidos. Así fueron campeones nacionales con Melgar en el 2015. “Te mantiene siempre bien físicamente, a tope. Te hablo como delantero y te conviene que tus volantes estén bien, con toda la lucidez para alimentarte”, nos dice.
Como entrenador, su estilo pasa por conocer al detalle a quien tiene al frente. No sentirse superior, tampoco menos. Sólido en defensa, ordenado y consistente para atacar. Así logró el título nacional con Universitario en el 2009. Con su equipo de trabajo repitió el éxito en Melgar 2015 y fue finalista un año después. Hoy, ya con la experiencia a cuestas llega a un Cruz Azul que demanda logros. Esta noche empieza su participación en la Liga MX y estará a pruebas desde el primer minuto.
Lado B
El capítulo que pocos conocen es el Juan Reynoso amigo. “Es un tipo divertido en los momentos en los que puede ser así”, recordaba Alfonzo Cornejo. Por eso, el ‘Cabezón’ siempre supo diferenciar entre las horas de trabajo y el momento de distención. No hay forma de mezclar ambas.
“Tiene buen sentido del humor, un humor irónico”, nos comenta una persona que aún conversa con él semana a semana. Declaraciones antiguas como “estaba a punto de darle una frazada a Llontop. Aurich nunca llegó”, “Tarde o temprano seré técnico de la selección y les pondré mi mejor sonrisa”, “Yo no soy de los que juegan pichanguitas ni invitan chifa para caerle bien a los periodistas”, grafican eso. Pero ese Juan Reynoso no se deja ver ‘al público’. Siempre ha guardado su postura frente a la prensa e incluso lo ha evitado.
Agradecido al máximo, disfruta cuando sus jugadores se acuerdan de él y lo colocan como uno de los mejores técnicos que los haya dirigido. Pero el orgullo lo guarda para sí.
Contenido Sugerido
Contenido GEC