El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó hoy de los desafíos que plantea una transición suave en la política monetaria de EE.UU., ya que la retirada de las medidas de estímulo no tiene precedentes por su cuantía y complejidad.
La Reserva Federal (Fed) adelantó hace unos meses que podría iniciar a finales de año la retirada de su multimillonario programa de compra de bonos, de US$85.000 millones al mes, si la recuperación económica se consolida, lo que ha generado gran volatilidad en los mercados.
Es una buena noticia que EE.UU. vaya a entrar en un proceso de normalización monetaria () Pero es un proceso que cuenta con retos importantes, ya que no tiene precedentes respecto a su cuantía y su complejidad, afirmó hoy José Viñals, director del departamento de Asuntos Monetarios del FMI, durante la presentación del Informe sobre Estabilidad Financiera en las Reuniones Anuales del Grupo Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
El documento subraya que, desde un punto de vista financiero, esta transición debería limitar los riesgos ligados a un prolongado periodo de bajos tipos de interés. Pero gestionar una transición suave puede conllevar desafíos.
La Fed puso en marcha el año pasado su agresivo plan de estímulo monetario de US$85.000 millones mensuales de compra de bonos y mantiene sus tipos de interés de referencia entre el 0% y el 0,25% desde 2009.
El FMI indicó que las expansivas políticas monetarias en las economías avanzadas, con el objetivo de estimular la recuperación, han alentado los flujos de capital hacia los mercados emergentes, que han recibido más de 1 billón de dólares desde finales de 2008.
Ese desembarco masivo de capital hace que los mercados emergentes sean ahora mucho más sensibles a los cambios en las condiciones externas.
Ante ese escenario, el Fondo recomendó a los emergentes permitir cierta flexibilidad en sus monedas sin que se produzca una situación caótica, dada la probable salida de flujos de capital.