No es algo pasajero, una moda ni un concepto solo para mujeres y ciertos grupos minoritarios. La diversidad equidad e inclusión (DEI) ya es parte de la cultura organizacional de diversas empresas aquí y en otras partes del mundo.
¿Qué significa o implica cada término?
La diversidad es la representatividad existente en la organización de distintos grupos minoritarios. La diversidad es multidimensional porque esa representatividad se manifiesta en individuos de distinta raza, orientación sexual, género, religión, educación, entre otros. Así, cuanta más representatividad tenemos en nuestras empresas, más diversos somos.
Por su parte, la inclusión implica acoger las diferencias y valorar la diversidad. Un ambiente laboral inclusivo permite que los miembros del equipo se desarrollen permanentemente a pesar de esas diferencias: todos tienen una voz y son reconocidos por sus competencias.
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La equidad es un concepto que se ha empezado a utilizar con más frecuencia. La equidad no es igualdad (que implica que todos debemos ser tratados de la misma manera), sino se asocia a la justicia (‘fairness’). La equidad reconoce que existen privilegios y barreras sistémicas que impiden a todos tener las mismas oportunidades y eso requiere equilibrarse. Debido a que existen esos desequilibrios, la inclusión en una organización no puede ser tratada de una sola forma para todos.
¿Por qué es relevante para las empresas incorporar DEI como parte de su cultura?
El promover equipos más diversos y espacios de trabajo más equitativos e inclusivos, conlleva importantes beneficios para las empresas. Como sabemos, en estos ambientes laborales o profesionales se escuchan los puntos de vista e ideas de todos, se promueve la creatividad y la innovación, y se genera mayor motivación y compromiso del equipo. Consecuentemente, se genera una mayor productividad.
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En el 2020 McKinsey emitió su tercer reporte sobre este tema (Diversity Wins: How Inclusion Matters), con data de 15 países y más de 1000 empresas. En este reporte se muestra la diferencia positiva esperada en la ‘performance’ de empresas que, por ejemplo, han incluido a mujeres en sus equipos ejecutivos versus empresas que no lo han hecho. Las empresas más diversas y, sobre todo, inclusivas tienen el mejor desempeño esperado.
En conjunto, la diversidad, equidad e inclusión, es un aspecto esencial del liderazgo. Es por ello que líderes de varias empresas reconocidas suelen ser los que promueven iniciativas relacionadas con DEI.
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Si bien todo esto puede parecernos ajeno, desconocido o nuevo, lo cierto es que estas tres palabras “diversidad”, “equidad” e “inclusión”, engloban diversos y conocidos valores y virtudes organizacionales. La DEI implica respeto, empatía, generosidad, no discriminación, saber dar crédito a los éxitos del equipo, ayudar a otros a crecer en la organización, escuchar y dar espacio para la expresión de ideas, entre otros.
Es muy probable que sin saberlo, la diversidad, equidad e inclusión, ya sea parte de nuestro actuar y de las políticas en nuestra organización. Si es así, podemos avanzar hacia iniciativas y acciones que incorporen expresamente la DEI en nuestra cultura empresarial. Que no quede solo en papel.