Uno de las consecuencias de la pandemia ha sido la aceleración significativa de la inclusión financiera en el Perú, indicó Sergio Urday, jefe de información económica y del sistema financiero de Asbanc. Una gran ventaja fue la digitalización, ya que muchas personas y empresas encontraron mayor valor al realizar transacciones no presenciales a través de los canales e instrumentos que ofrece el sistema financiero.
“Además, parte importante de las ayudas entregadas por el Gobierno a personas fueron canalizadas a través del sistema financiero, lo que incentivó a muchos de los beneficiarios a abrir cuentas para poder recibir el dinero sin exponerse a aglomeraciones ni perder tiempo valioso en interminables colas”, comentó a este Diario.
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Indicó que como resultado, se ha observado un incremento importante en el número de cuentas bancarias, con una clara aceleración en el crecimiento de estas a partir del mes de abril.
Para setiembre del 2020, el número de cuentas en la banca múltiple tuvo un crecimiento de 25,12% respecto al mismo mes del año previo, ante el avance de las cuentas de ahorro (aportaron 20 puntos porcentuales al crecimiento anual mencionado).
Sin embargo, destacó también el avance en términos relativos del número de cuentas a la vista, abiertas principalmente por empresas, que pasaron de 2,3 millones a 4,3 millones entre setiembre de 2019 y setiembre de 2020 (+84%), mientras que el número de cuentas a plazo creció solo en 5%.
Como parte de los desafíos de este proceso, Urday precisó que por un lado la banca privada, y en general todo el sistema financiero hizo un gran esfuerzo operativo y logístico para apoyar en esta pandemia. En cuanto a créditos, mencionó el esfuerzo operativo para desplegar el programa Reactiva Perú, con un nulo margen de ganancia, considerando las tasas a las que estos créditos fueron colocados.
En esa línea, mencionó también el apoyo a los deudores a través de la reprogramación de créditos, lo que implicó el otorgamiento de períodos de gracia, y en muchos casos con beneficios como la reducción de tasas de interés, la no capitalización de intereses, e incluso la condonación total o parcial de cuotas pendientes de pago.
Para el ejecutivo, esto ha implicado “un esfuerzo operativo y financiero importante, pues además de los procesos operativos realizados, las entidades han tenido que constituir provisiones anticipadamente, previendo un deterioro futuro de los créditos reprogramados y que podrían no presentar pagos por los períodos de gracia otorgados”.
Volviendo a las cifras, según datos de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), que este año tuvo dificultades para la realización de dicha encuesta, al tercer trimestre del 2020, se observa, por ejemplo, que el número de personas mayores de 18 años que poseían alguna cuenta en el sistema financiero subió en cerca de 500 mil, de 9,2 millones a 9,7 millones. “Sin embargo, creemos que ese número debe haber sido algo mayor, inclusive”, dijo.
DE LA MANO DE LA TECNOLOGÍA
Por su parte, Omar Azañedo, director de Neurometrics, considera que la digitalización de los movimientos financieros a nivel de empresas y personas ha crecido mucho este año y eso empuja a una inclusión financiera. Al empezar a usarse la transacción electrónica con más frecuencia, no tiene dudas que esta llegó para quedarse.
“Es un tren que pasa y todos nos debemos subir, no por una sofisticación del mercado sino producto de las circunstancias”, subrayó.
Comentó que al tener a menos de la tercera parte de la población bancarizada, el reto es desarrollar un ecosistema de negocios financieros. “Eso es porque el mercado local está poco desarrollado y ahí el Estado debe promover y brindar un marco normativo”, acotó.
MÁS PRODUCTOS FINANCIEROS
En tanto, Juan Carlos Ocampo, coordinador de la carrera de economía de UPN optó por revisar las cifras caso por caso. Por ejemplo, en lo que se refiere a créditos de consumo bajó casi 5% a octubre del 2020, según los números de la SBS. “Esto se debe a que es un sector que implica mayor riesgo y los bancos no están tomando garantías”.
En cambio, señaló que se aprecia un crecimiento en créditos a grandes empresas (26%), medianas (45%), pequeñas (70%) y microempresas (61%), en gran medida por Reactiva Perú.
“Si bien es cierto se están llegando a colocar más créditos, al parecer no es suficiente para las mypes, y mi impresión es que se deben desarrollar más productos financieros, para que más microempresarios puedan acceder al crédito de manera responsable”, sostuvo.