El lunes último se dieron a conocer dos eventos importantes para la economía peruana. Por un lado, el Perú colocó bonos en el mercado internacional por un total de US$ 4 mil millones. Según informó el Ministerio de Economía (MEF) la colocación se hizo a tres plazos distintos: 12, 40 y hasta 100 años.
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De otro lado, Standard and Poor’s (S&P) mantuvo la calificación crediticia de Perú para su deuda en moneda extranjera de largo plazo con BBB+ y para moneda nacional con A- y con perspectiva estable. Con ello, el país se mantiene como el único de la región que en medio de la pandemia ha mantenido su calificación crediticia.
El exviceministro de Economía, Enzo Defilippi, hizo la precisión que lo que hace S&P no es calificar al Perú, sino califican el bono y la solvencia de quien lo emite, porque eso te da una idea si van a pagar o no, sobre todo si es de largo plazo.
“Cuando S&P analiza soberanos lo que está analizando sobre todo es la capacidad de pago, es decir los ingresos tributarios y la voluntad política del país de seguir pagando. Básicamente, es eso, que quieren y pueden pagar. En el caso de Perú, incluso en los momentos más difíciles, ha mostrado voluntad de cumplir con sus obligaciones”, sostuvo.
En ese sentido, añadió que no hay mejor manera de cumplir con las obligaciones que teniendo una casa ordenada. Es decir, esa fortaleza económica “no es otra cosa que vivir de acuerdo con nuestros ingresos”.
Para Defilippi, pese a que este año coyunturalmente tenemos un déficit fiscal altísimo como consecuencia de algo que no habíamos previsto como la pandemia, nos realizan préstamos, porque ven la voluntad y la capacidad de pago de nuestro país.
Por su parte, César Fuentes, director de la Maestría en Gestión Pública de ESAN, subrayó que la calificación de S&P es una buena noticia, porque significa que nuestro costo de financiamiento tiene un tope. “La ventaja es que tus costos de emisión soberana se han mantenido, pero también el costo de emisión de bonos corporativos tiene un tope”, refirió.
Con respecto a la colocación de bonos, aseveró que lo interesante es que la demanda ha sido de 3 a 1. Se han ofrecido US$ 4 mil millones pero la cantidad demandada ha sido US$ 11.500 millones, lo que es una buena señal para Perú pese a las dificultades.
“Lo que sí es urgente es que a partir del año 2022 se debe hacer una consolidación fiscal, debemos cerrar la brecha de ingresos y gastos, y trabajar fundamentalmente el tema de calidad de gasto público. Especialmente en salud y educación”, indicó Fuentes.
Son buenas noticias las dos, dijo. Para el director, pese a que todavía tenemos problemas estructurales serios, nos han dado una muestra confianza al país.
¿Qué impacto tendrán estos eventos en las inversiones? En general, es una tranquilidad para los inversionistas, comentó. Por un lado, la gran minería sigue con interés este tema, pero siguen más el tema de los commodities en el mediano plazo.
Mientras que por el lado de las inversiones no mineras, debe responder la demanda. Es una buena señal porque si tenemos financiamiento del presupuesto, significa que hay gasto público y eso va a ayudar a la economía, expresó.
Fuentes precisó que ahora los niveles de consumo deben comenzar a crecer, y este es un proceso que va a durar todo el 2021. “Ahí ya va a gatillar el tema de inversión no minera. Fundamentalmente servicios y construcción. Creo que va a ir acompañado con el incremento de la demanda local”, manifestó.
¿Y EL BIENESTAR LOCAL?
¿Cómo se puede traducir esta noticia a nivel local? Defilippi respondió que la calificación del bono peruano y la credibilidad del Perú es la base para medir cualquier tasa de interés que se le va a dar a un privado.
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La tasa de interés para un préstamo a una empresa se mide por el riesgo Perú más otras variables. Y ese riesgo es lo que califica S&P. “Si aumenta el riesgo, porque S&P dice que Perú no quiere o no puede pagar, aumentan la tasas de interés para todos, para una empresa, un emprendedor, la tarjeta de crédito o en una hipoteca”, acotó.
Explicó que por eso es importante mantener este grado de inversión, y por eso todo el esfuerzo que hace el Estado para vivir de acuerdo a sus ingresos. Y por eso Perú tiene tasas de interés relativamente bajas.
En tanto, César Fuentes argumentó que una cosa es que financiera y económicamente estemos solventes como país, y otra es la capacidad de gestión, que es lo que falla. “Y eso lo ha probado la pandemia”, puntualizó.
Enfatizó que ese efecto financiero se debe plasmar en un servicio de calidad para el ciudadano, y que realmente sienta que estos indicadores económicos nos hacen bien. “Esta estabilidad macro es necesaria pero no suficiente para cerrar la relación entre ciudadano y Estado”, detalló.