Para el área urbana nacional, la tasa de desempleo es de 18,3% en el trimestre móvil que va de julio a septiembre del 2020. (Foto: GEC)
Para el área urbana nacional, la tasa de desempleo es de 18,3% en el trimestre móvil que va de julio a septiembre del 2020. (Foto: GEC)
Israel Lozano Girón

Los enfrentan desde hace muchos años una realidad durísima al momento de entrar al . Hombres y mujeres de entre 14 y 25 años que inician la ansiada búsqueda de un empleo y que, lamentablemente, terminan batallando contra uno de los principales problemas estructurales del país: la informalidad.

“La probabilidad de que un joven tenga un empleo formal es apenas del 15%” –explica Miguel Jaramillo, investigador principal de Grade– “lo que quiere decir que más del 80% de los jóvenes tienen un empleo informal”.

MIRA: Tasa de empleo informal en el Perú alcanza su nivel más alto en más 8 años

Las cifras publicadas por el INEI para el área urbana nacional corroboran que en el periodo Octubre 2019-Septiembre 2020, la tasa de informal para los hombres y mujeres menores de 25 años alcanza el 84,1%. Dicho valor está muy por encima de la tasa para peruanos entre 25 y 44 años (65,5%), los mayores de 45 años (65,8%) e incluso está por encima de la tasa total urbana nacional (68,2%).

Una de las hipótesis ante tal escenario es, para Jaramillo, el acceso que pueden tener al mismo. “En los dos deciles más pobres de los hogares urbanos, la tasa de empleo formal es de 1%. Es decir que casi ningún joven en condición de pobreza accede a un empleo formal, pero porque dicho empleo no está a su alcance”, comentó.

Esto genera que estas personas terminen, por necesidad, accediendo a empleos informales, como trabajadores familiares e incluso no remunerados. Finalmente, asevera Jaramillo, esto juega en contra de su empleabilidad. “Si una empresa ve que no cuenta con una experiencia formal de empleo, no lo contratan”, indicó.

LOS OCUPADOS

Las cifras del INEI revelan que en el trimestre móvil que va de julio a septiembre de este año, la población total ocupada alcanzó los 14′257.100, pero de dicho grupo solo 2′189.900 son jóvenes entre 14 y 24 años. La pandemia ha agudizado la pérdida de dichos empleos, puesto que dicha cifra es menor en 701.100 personas frente al mismo trimestre del año previo.

Como consecuencia, la tasa de desocupación se elevó. El INEI revela que, para el área urbana nacional, la tasa de es de 18,3% en el trimestre móvil que va de julio a septiembre del 2020: el doble de la tasa de desempleo total del área urbana (9,6%).

Desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el oficial nacional de empleo para los Países Andinos, Julio Pérez Coaguila, reveló algunos datos que son materia de una próxima publicación del organismo y que ayudan a retratar aún más la realidad peruana. “La tasa de desempleo nacional alcanza el 18%, pero solo la de Lima llega al 31%. Una cifra bastante alta”, explicó en diálogo con El Comercio.

Del mismo modo, con datos del INEI, Pérez Coaguila confirmó que son las mujeres jóvenes en Lima quienes sufren más la desocupación; pues la tasa llega a ser de 32,6% mientras que en los hombres es de 30,5%.

“En este punto, vale aclarar que esta es una realidad que embarga a los jóvenes desde hace muchos años. Históricamente, los jóvenes siempre han tenido tasas de desempleo más altas”, explicó.

Posición similar expresó Miguel Jaramillo. “Los comentarios del señor Merino [en referencia a los jóvenes y las marchas] buscaron auto congratularse. Si los jóvenes marcharan por la falta de empleo, ya lo hubieran hecho desde hace mucho tiempo”, señaló.

Lo cierto es que la realidad laboral de la Generación del Bicentenario requiere soluciones apropiadas que hasta la fecha no han sido tomadas. Jaramillo incide en alguna de ellas.

“La escuela en el Perú forma muy mal para el trabajo. Cuando uno conversa con empleadores, lo que ellos tienden a decir es que no les importa que sepan manejar una máquina; pero sí importa que sean ordenados y que tengan capacidad de aprender. Son habilidades socioemocionales importantes”, opinó.

En esa línea, consideró que los programas de empleabilidad que hoy se manejan en el país “son muy pequeños para la población que lo requiere”.

A su turno, Pérez Coaguila de la OIT resaltó que esta educación también necesita ser modernizada. “Se requiere infraestructura adecuada para una enseñanza más digital, porque es el tránsito hacia la digitalización lo que primará en el mercado laboral”, agregó.

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