DARWIN CRUZ FIESTAS
Las figuras geométricas siempre han estado presentes en la vida de José Francisco Ramos. Las dibujaba en la escuela, y en casa jugaba a unir piezas y armar figuras nuevas y alucinantes creadas por su imaginación. De adolescente las figuras le dijeron lo que debería estudiar: mecánica de estructuras metálicas.
Así llegó a ser practicante en uno de los principales astilleros del país. Allí diseñaba y ayudaba a construir barcos mercantes de grandes dimensiones. Pero la vida y las figuras –siempre las figuras– le tenían reservado otra camino. Seguir su intuición le valió convertirse en diseñador de modas, oficio que lo ha llevado a mostrar su trabajo en pasarelas españolas y holandesas.
José Francisco cuenta que luego de seis meses de haber terminado de estudiar mecánica de estructuras metálicas, siguió durante otro medio año la especialidad confecciones textiles. Esto que parece algo completamente opuesto a su carrera inicial en realidad no lo es. Él lo explica de una manera muy sencilla: “al diseñar y confeccionar ropa en realidad estás uniendo piezas, lo mismo haces con la metalmecánica, solo que con la primera unes telas y con la otra hierro y acero”.
Luego de graduarse trabajó como ‘free lance’ durante nueve años para distintas empresas en las áreas de patronaje y diseño.
Incluso colaboró con un agente internacional que trabajaba con marcas de numerosos países y que buscaba en el Perú que diferentes diseñadores crearan propuestas atrevidas, que marcaran tendencia, pero sobre todo que se atrevieran a usar nuevos materiales.
“Con este broker aprendí mucho sobre diseño, pero lo más importante fue que me di cuenta de que yo era uno de los diseñadores que marcaban la tendencia de la moda ética que propugna el uso responsable, ecológicamente hablando, de los insumos. Además de conocer cómo funciona el sistema del negocio de la moda”, explica.
Pero esa no fue su única experiencia. En paralelo desarrollaba sus propias colecciones bajo la marca One of a kind –que fueron comercializadas de forma muy limitada– y hacía trabajos de diseño y fabricación de accesorios de mujer para una cadena peruana de tiendas junto quien en ese momento era su enamorada y ahora es su esposa.
EL INICIO DEL DESPEGUE En el 2009 se terminó de convencer de todo lo que su imaginación y sus manos podían crear y decidió presentarse en el concurso Flashmode que organiza la Alianza Francesa. Así ganó el premio Prom-Perú talento al joven diseñador.
José Francisco cuenta que en la colección que presentó al concurso utilizó algodón orgánico, saldos de telas, poliéster, hasta botellas de plástico. Los tejidos estuvieron a cargo de un grupo de madres artesanas. “Recuerdo que uno de los saldos de tela tenía un sello numerado y lo utilicé para hacer un top. En el producto final ese sello parecía un estampado y se veía espectacular, tanto que le gustó a la presidenta del Etical Fashion Show de París –que vino como parte del jurado– y lo compró. Me dio una gran satisfacción verla con el conjunto puesto el día de la premiación”, recuerda.
Ganar ese concurso no fue fácil porque su propuesta no contemplaba a los típicos modelos planos y que parecen hechos de tocuyo, sino que era un diseño con muchos colores y texturas. “Tuve que explicar y detallar cuál era el origen de los materiales usados, para que recién se dieran cuenta de que todo era reciclado”, cuenta.
El premio final fue participar en el Perú Moda 2010 con un stand auspiciado por Prom-Perú. José Francisco recuerda que en esa edición de la feria, que ya es un referente en Latinoamérica, tuvo muchas reuniones de negocios en las que le proponían trabajar para grandes marcas internacionales. Pero eso no era lo que buscaba, sino entrar a otros mercados con su nombre como marca. Hacia fines del 2011 aplicó para participar en el desfile FashionClash que se realizaría en junio del 2012 en la ciudad holandesa de Maastricht y fue aceptado.
A inicios de este año la tragedia llegó a su familia. Su hermano falleció en un accidente aéreo. El dolor que sintió casi le hace desistir de volver a aplicar para el FashionClash 2013, el New Fashion Latitude de Cádiz y el Amsterdam Fashion Week, a los que postuló con una colección de tendencia futurista llamada Fragmento. En esta predominan los colores hueso y negro, con los que rememora la tragedia que vivió su familia. Fue aceptado.
Ahora con estas colecciones y un grupo de socios busca entrar a las tiendas europeas con su propia marca. Un final feliz que comenzó en un astillero.