Un estudio recientemente publicado sugiere que la adicción a la comida sí existe y que el consumo de los llamados carbohidratos refinados (como el pan blanco o las papas fritas) pueden provocar ansiedad por atiborrarse de alimentos.
El aumento rápido y la posterior caída del azúcar que se genera tras ingerir estos alimentos con alto índice glucémico activa los centros de adicción y recompensa del cerebro, concluyó la investigación, publicada en el Diario Americano de Nutrición Clínica. Este mecanismo es activado de forma similar por drogas como la heroína y la nicotina, explica el portal Daily Mail.
Sin embargo, para llegar a conclusiones definitivas aún se requiere más investigación. El estudio en cuestión evaluó a un grupo limitado de hombres obesos, a los cuales se les hizo escáneres cerebrales tras ingerir un milkshake con alto contenido glucémico y, dos semanas después, otro batido que contenía la misma cantidad de grasa y calorías, pero que no tenía carbohidratos refinados.