![Las vacaciones de verano son una gran oportunidad para que los niños se liberen de la rutina escolar, pero también pueden ser un desafío para los padres, que deben encontrar formas de mantenerlos ocupados y felices. Sin importar si eligen vacaciones útiles o actividades caseras, lo importante es fomentar la creatividad, el aprendizaje y el desarrollo emocional de los niños.](https://elcomercio.pe/resizer/v2/MBPU4YCVOJBS5LEV6S4ZYH7GAY.jpg?auth=40a8fe8c8e2fe64ad3bc46198d8dab6008fb4806ac852e2a7f4b44fc01436de1&width=420&height=280&quality=75&smart=true 420w)
Cuando las vacaciones de verano inician, es inminente la emoción de los niños por dejar atrás las tareas, los exámenes y toda la rutina del colegio. Sin embargo, tanto ellos como sus padres pueden llegar a preguntarse: ¿qué hacemos hoy? Sin duda, para muchas familias, este período puede convertirse en un verdadero reto, ya que la falta de actividades estructuradas, deja a los más pequeños con demasiado tiempo libre y, en algunos casos, aburridos.
Por esta razón, algunos padres optan por las famosas vacaciones útiles, que consisten en matricular a sus hijos en talleres o deportes durante los meses de enero y febrero. No obstante, no siempre es necesario inscribirlos en actividades externas para que los niños disfruten de experiencias enriquecedoras y entretenidas durante sus vacaciones. También es posible convertir el hogar en un entorno de aprendizaje, diversión y creatividad.
Desde talleres de arte hasta experimentos científicos caseros o sesiones de cocina, existen múltiples opciones para aprovechar el tiempo libre de manera productiva y, al mismo tiempo, fortalecer el vínculo familiar. Por ello, como padres, es fundamental considerar algunos puntos clave que nos permitan organizar las vacaciones con éxito, transformándolas en una valiosa oportunidad para fomentar el desarrollo emocional, social y cognitivo de nuestros hijos.
¿Qué actividades se recomiendan según la edad de los niños?
De acuerdo a Ximena Pastor, para que los niños estén entretenidos sin depender tanto de las pantallas, es importante ofrecerles una variedad de actividades que no solo los mantengan ocupados, sino que también estimulen su creatividad y desarrollo integral según su edad. Estas actividades pueden ir desde juegos de imitación, hasta proyectos de construcción o actividades en familia, adaptadas a las diferentes etapas de desarrollo de los menores.
Niños de preescolar (menos de 6 años):
En esta etapa, los niños están en pleno proceso de desarrollo sensorial, motor y cognitivo. Para estimular estos aspectos, Ramírez recomendó las siguientes actividades:
- Juegos de imitación: Disfrazarse, jugar a las casitas o representar personajes.
- Juegos de construcción: Bloques, legos o construcciones con materiales reciclados, que les permiten explorar formas y estructuras.
- Actividades artísticas: Dibujar, pintar, hacer collages o modelar plastilina, que fomentan la creatividad y coordinación.
- Juegos al aire libre: Correr, saltar o jugar en el parque, para favorecer el desarrollo físico y la motricidad gruesa.
Niños en edad escolar (6-12 años)
En esta etapa, los niños comienzan a desarrollar habilidades más complejas y a explorar sus intereses.
- Juegos de mesa: Juegos de estrategia, cooperativos o de preguntas y respuestas, que promueven el pensamiento crítico y el trabajo en equipo.
- Experimentos científicos sencillos: Mezclar colores, hacer un volcán con bicarbonato u observar el crecimiento de las plantas, para despertar su curiosidad y habilidades de observación.
- Lectura: Leer libros, revistas y cómics, para enriquecer su vocabulario, imaginación y compresión lectora.
- Manualidades: Hacer pulseras, construir maquetas o incluso cocinar, fomentando así su destreza manual y creatividad.
Adolescentes (13-18 años)
A medida que los niños crecen, sus intereses se diversifican. Es importante ofrecer actividades que favorezcan su desarrollo emocional, social y creativo:
- Actividades creativas: Escribir, dibujar, tocar un instrumento musical o hacer fotografía, para promover la autoexpresión y las habilidades artísticas.
- Pasatiempos: Coleccionar objetos, jugar videojuegos, hacer rompecabezas o explorar proyectos más complejos, los cuales les permitan desarrollar la paciencia y la resolución de problemas.
“Con respecto a los dispositivos electrónicos, para los niños menores de 3 años es recomendable evitarlos y enforcarse en actividades que promuevan el desarrollo sensorial y motriz, como juegos sensoriales, cuentos interactivos, y actividades que fomenten sus habilidades motoras y cognitivas. En el caso de los niños mayores, es fundamental establecer horarios específicos para su empleo, con la finalidad de promover el desarrollo de otras actividades importantes para su crecimiento integral. De esta manera, las actividades en casa se convierten en herramientas esenciales para el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños, sin necesidad de depender excesivamente de las pantallas”, concluyó la especialista del Colegio de la Inmaculada.
¿Por qué es importante mantener una rutina durante las vacaciones?
Mantener una rutina durante las vacaciones es esencial para brindar seguridad y estructura a los niños. Como explicó Rossana Carlo, especialista en psicología educativa a Hogar y Familia, durante el año escolar, los niños cuentan con una rutina clara que les ayuda a desarrollar disciplina a través de horarios definidos para levantarse, vestirse, comer y realizar tareas. Sin embargo, en vacaciones, este esquema puede alterarse, ya que es bastante común que los niños se acuesten y se levanten tarde o incluso salten comidas si no hay una supervisión adecuada, lo que dificulta retomar los hábitos al final del descanso.
Por lo tanto, para evitar este desorden, es recomendable mantener ciertos aspectos básicos de la rutina, como horarios consistentes para dormir y levantarse, aunque con algo de flexibilidad. Por ejemplo, en lugar de despertarlos a las 6 o 7 am, podría permitirse un margen de una hora u hora y media. En general, como recalcó la asesora pedagógica del Colegio de la Inmaculada, Ximena Pastor, no se trata de tener una rutina rígida, sino un ritmo diario que incluya tiempo para el juego, el descanso, las comidas y las actividades en familia.
“Esto ayuda a prevenir el caos y el estrés que pueden genera los días desorganizados, al mismo tiempo que respeta la necesidad de los niños de tener momentos de espontaneidad, los cuales son muy importantes para su bienestar”.
¿Qué señales indican que un niño necesita más estructura en su día a día?
La observación es la clave, pues como padres esta herramienta nos ayuda a poder identificar las necesidades de nuestros hijos. Por consiguiente, como destacó la pedagoga, es importante estar atentos ante ciertas señales, como aburrimiento persistente, incluso cuando tiene diversas opciones de juego, irritabilidad, cambios bruscos de humor sin motivo aparente, dificultad para concentrarse, comportamientos desafiantes como rabietas o desobediencia, problemas para dormir y falta de iniciativa para proponer actividades.
“Es importante tener en cuenta que, si bien estos indicios suelen reflejar la necesidad de una rutina más estable y de actividades más estimulantes para el menor, también es crucial recordar que el aburrimiento ocasional puede ser una oportunidad para que los niños desarrollen su creatividad y autonomía”, añadió.
¿Qué aspectos debemos tener en cuenta al planificar actividades en casa?
Según Ana Ramírez, psicóloga clínica, al planificar actividades en casa para los niños y adolescentes, es fundamental considerar los siguientes aspectos para garantizar que sean tanto divertidas como enriquecedoras:
- Edad y desarrollo: Las actividades deben adaptarse a la edad y etapa de desarrollo del menor, ya que lo que es apropiado para un niño de 3 años puede no serlo para uno de 10.
- Intereses: Debemos prestar atención a las actividades que más disfrutan nuestros hijos, como los juegos, deportes, música o arte, y elegir aquellas que se alineen con esas preferencias. Por ejemplo, si un niño disfruta de la pintura, ofrecerle materiales y un espacio adecuado para expresarse puede ser muy positivo.
- Habilidades: Las actividades deben desafiar al niño, pero sin frustrarlo. Estas deben permitirle desarrollar nuevas habilidades y ampliar sus conocimientos.
- Tiempo: Es importante considerar la duración de las actividades y asegurarnos de que sean apropiadas para la atención de nuestro hijo. Es recomendable evitar las actividades demasiado largas que puedan aburrirlo.
- Personalidad: Algunos niños pueden ser más extrovertidos y disfrutar de actividades en grupo, mientras que otros pueden ser más introvertidos y preferir actividades solitarias. Brindar opciones que les permitan elegir según sus preferencias, les da un sentido de control y confianza.
- Recursos: Evaluar los materiales que tienes disponibles en casa. Muchas actividades divertidas se pueden realizar con objetos cotidianos.
- Seguridad: Priorizar siempre la seguridad del niño. Por ello, es fundamental evitar actividades que puedan resultar peligrosas.
- Flexibilidad: Crear un espacio donde nuestros hijos se sientan cómodos para explorar y experimentar sin miedo al fracaso es esencial. Por ejemplo, si un niño tiene una personalidad curiosa, ofrecerle kits de ciencia, rompecabezas o juegos de construcción puede ser una forma de estimular su mente. Por ello, como padres, debemos estar dispuestos a ajustar la actividad según la respuesta del niño, sin presionar ni imponer.
- Participación: Involucrar al niño en la planificación de las actividades. De esta manera, se sentirá más comprometido y entusiasmado.
- Comunicación abierta: Mantener una comunicación constante con nuestros hijos para entender mejor sus necesidades y deseos es crucial. Por eso, debemos preguntarles qué actividades les gustan más o cómo se sienten con las que ya han realizado. Básicamente, esto nos permite adaptar las actividades en función de su evolución.
- Paciencia y empatía: No todos los niños tienen los mismos ritmos de desarrollo. Algunos pueden necesitar más tiempo para involucrarse en ciertas actividades, mientras que otros se entusiasman rápidamente. Nuestra paciencia y empatía son clave para que se sientan apoyados y comprendidos.
¿Cómo pueden las actividades en casa contribuir al desarrollo integral de los niños?
Las actividades en casa pueden contribuir de manera significativa al desarrollo integral de los niños, no solo proporcionando momentos de diversión, sino también siendo una herramienta clave para promover su bienestar emocional, social y cognitivo. Como padres, es importante comprender que estas actividades van más allá del entretenimiento, siendo inversiones en el crecimiento y aprendizaje de nuestros hijos, señaló Ramírez.
Por ejemplo, el juego libre es un pilar fundamental para el bienestar emocional y mental de los niños, especialmente durante las vacaciones, pues cuando tienen la libertad de explorar, imaginar y crear a su propio ritmo, experimentan una serie de beneficios que contribuyen a su desarrollo integral:
- Reducción del estrés: El juego libre actúa como una válvula de escape para el estrés acumulado, favoreciendo un estado de relajación y bienestar.
- Fomento de la creatividad: Estimula la imaginación y la creatividad, permitiendo a los niños explorar nuevas ideas y soluciones.
- Desarrollo de la autonomía: Al tomar sus propias decisiones durante el juego, los niños desarrollan un sentido de autonomía y confianza en sí mismos.
- Mejora de la autoestima: Al experimentar el éxito en sus juegos, los niños desarrollan una autoestima positiva.
En cuanto al aspecto social, las actividades en grupo fomentan la interacción, el trabajo en equipo y la comunicación, ayudándolos a aprender a compartir, negociar y respetar las opiniones ajenas. Mientras que, a nivel cognitivo, estas actividades estimulan el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Juegos de mesa, rompecabezas, experimentos simples y actividades artísticas favorecen el desarrollo de habilidades como el análisis, la síntesis y la evaluación. También enriquecen el vocabulario, fortalecen la memoria y despiertan la curiosidad por el mundo que los rodea.
“En definitiva, las actividades en casa no solo brindan momentos de diversión, sino que son esenciales para el crecimiento integral de los niños. Al ofrecerles un ambiente seguro, estimulante y lleno de oportunidades para el aprendizaje, estamos contribuyendo para que nuestros hijos crezcan como individuos felices, saludables y preparados para enfrentar el futuro”, sostuvo la psicóloga clínica.
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