Nadie sabe dónde están. Por increíble que parezca, cuatro puertas de bronce del Monumento a los Héroes del 41 (o Defensores de la Frontera), ubicado en el Campo de Marte, en Jesús María, desaparecieron desde hace ya varias semanas. Fueron los vecinos del distrito quienes se percataron de este hecho.
En un primer momento, imaginaron que habían sido retiradas para su mantenimiento. Al reportar la situación por redes sociales y al municipio distrital, no recibieron información, indicaron.
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En un comunicado emitido ayer, la Municipalidad de Jesús María informó que el caso está en investigación y que fue comunicado a las instancias pertinentes para hallar a los responsables.
“Se realizó la denuncia correspondiente ante la comisaría de Jesús María y se realizó la denuncia ampliatoria ante el Cuarto Despacho de la Primera Fiscalía Corporativa de Lima”, precisó la comuna, institución que solo reaccionó tras la denuncia de los vecinos.
En declaraciones a El Comercio, el gerente de Seguridad Ciudadana de Jesús María, Jorge Valenzuela, señaló que han puesto a disposición de la Policía Nacional y el Ministerio Público diez discos compactos con imágenes de las cámaras del lugar.
Resaltó que se han reunido y solicitado información al Ministerio de Salud (Minsa), ya que el monumento se encuentra dentro de su zona de seguridad, debido a la instalación de un vacunatorio contra el COVID-19.
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“El monumento propiamente está dentro del área de responsabilidad del Minsa y no podemos ingresar a ese lugar por un tema de protocolos. Ellos cuentan con personal privado de seguridad en la zona”, indicó.
Según la denuncia policial del 14 de junio, cada puerta de bronce está valorizada en aproximadamente S/5.000. Asimismo, habla de un “hurto” mediante la utilización de “herramientas eléctricas”. Cada puerta tiene una altura de 2,50 metros y un peso de casi 150 kilogramos.
—Trascendencia—
Vladimir Velásquez, director del Proyecto Lima Antigua, detalló a este Diario que el Monumento a los Héroes del 41 es un conjunto escultórico conmemorativo cuyo autor fue el escultor ancashino Artemio Ocaña. Precisó que fue erigido entre 1944 y 1945, en honor precisamente a los caídos durante la guerra peruano-ecuatoriana de 1941.
“Es uno de los monumentos más altos que tiene Lima. Casi de 30 metros. En su base se pueden encontrar más de 20 alegorías. En la parte superior hay tres esculturas femeninas, que representan a Tumbes, Jaén y Maynas, así como figuras en bronce de La Justicia y El Derecho”, precisó.
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Velásquez comentó que la parte más importante del monumento es la del centro, donde hay una escultura que representa a La Victoria, compuesta por una figura femenina, alada (La Patria), rodeada por soldados en actitud de firmeza y otros heridos o caídos.
En tanto, sostuvo que la desaparición de las puertas, pese a que hay cámaras y el sitio esté enrejado, es un mal indicador sobre las acciones de cuidado y protección. “Se trata de una pieza de arte impresionante, un monumento histórico, patrimonio de todos los peruanos, que tanto la municipalidad como el Ministerio de Cultura deben cuidar”, indicó.