El señor Manuel Merino de Lama ha negado que haya intentado chantajear al aún primer ministro Pedro Cateriano. Lo que hizo, dijo, fue expresar “las debilidades que tenía su nuevo gabinete”.
Sobra decir que el presidente del Congreso tiene un manejo de la sutileza muy particular.
También pidió respeto para los partidos políticos. En el caso del suyo, Acción Popular, ¿a cuál se habrá referido? ¿Al Acción Popular de Mesías Guevara?, ¿al de Yonhy Lescano quizás?, ¿o al de Alfredo Barnechea, Víctor Andrés García Belaunde, Raúl Diez Canseco y Jorge Muñoz? ¿O será al de su colega, el congresista Jesús Arapa, quien ayer deslizó en RPP la posibilidad de solicitar la vacancia del presidente Vizcarra?
¿A qué Acción Popular, señor Merino de Lama? Porque la agrupación que usted integra no se parece en nada a la de Fernando Belaunde y Valentín Paniagua, verdaderos demócratas sin discusión.
Ninguno de los actores de esta confrontación, incluyendo el señor Cateriano, quien ayer regó más gasolina con sus desafortunadas declaraciones sobre el Frepap, parece darse cuenta del terrible momento que vivimos. Según el Minsa, los muertos por el COVID-19 llegan a 20.228 (sólo ayer hubo 221), aunque se sabe que el número real sería al menos el doble. Y las proyecciones para finales de año son espantosas.
Así pues, necesitamos calmarnos un poquito, bajarle el volumen a la discusión y buscar la manera de alcanzar acuerdos que se centren en lo fundamental: el combate a la pandemia y la recuperación del empleo. Entiendan, señores, que mientras gastan energías en poner en zozobra al pais, la gente se muere. Y eso es lo que todos debemos evitar.