No solemos poner atención en las cosas más simples. En una hoja, por ejemplo. Apreciar su forma, la perfección de su contorno, los caminos de sus nervios, el filo del ápice. El fotógrafo Musuk Nolte no solo pone atención en ellas, sino que las fotografía obsesivamente. En su muestra, “Oráculo”, inaugurada recientemente en la galería Vigil Gonzales, las hojas de coca son las protagonistas. Si las observamos detenidamente, encontraremos que cada una tiene una fractura, una huella, una mordida de insecto, sutiles diferencias que las hacen únicas, que dan cuenta de su vínculo con el entorno, cómo el azar reconfigura sus formas.
Son hojas que llegaron al artista visual como un regalo, y que le descubrieron un nuevo camino para trabajar. La hoja de coca, símbolo tanto del rito prehispánico como de la criminalización actual, le sugieren al artista formas e imágenes, juegan con nuestra percepción y nuestra relectura al verlas llevadas a otra escala, en la dimensión fotográfica.
Para Musuk Nolte, todos sus proyectos expositivos surgen del contacto con la realidad, con su práctica como fotógrafo documental, para luego sintetizar lo conceptual con aquellas coyunturas. “Hace un par de años -recuerda- quería hacer una exposición que interpele nuestra idea del Bicentenario. Lo que hacía era recopilar imágenes de lugares representativos para la constitución de la República”. Antes de darse cuenta que su plan resultaba pretencioso, fue sumando la imagen de un monumento fracturado en la pampa de la Quinua, a la del letrero del muro del cuarto del rescate en Cajamarca, que indica hasta dónde llegaban los dedos de la mano del Inca Atahualpa prometiendo oro a los españoles. Eran momentos que, como explica el fotógrafo, le permitían reflexionar sobre la precariedad en la que hemos construido nuestra noción de país.
Sin embargo, llegó un momento en que Nolte descubrió que su recopilación de imágenes resultaba un esfuerzo inútil, era imposible intentar de condensar el concepto de Bicentenario desde ese enfoque. “Fue en ese momento de crisis y de búsqueda de sentido que entendí que la hoja de coca era parte de ese imaginario, que atravesaba transversalmente nuestra historia, y que su poder simbólico, ritual, económico y político sigue mediando en nuestro presente”, afirma.
Así, “Oráculo” es una muestra pertinente para reflexionar sobre el Bicentenario, no para celebrarlo ni tampoco para ofrecer una visión pesimista, sino intentando replantear paradigmas, preguntándose con qué parámetros podemos pensarnos como una colectividad más allá de compartir un mismo territorio.
El ritual de la hoja
En la cosmovisión andina, la hoja de coca es usada como medio entre los seres terrenales y los dioses. También como el oráculo que permite entrever el pasado, el presente y el futuro. La noción andina del tiempo enfatiza lo cíclico como la propia naturaleza de la historia, significativo particularmente en nuestra historia. “Lo que me interesa de la hoja de coca es su vínculo a través de la historia, como mediador del poder desde la época precolombina, su autoridad ritual, y luego su satanización desde la época de la colonia, criminalizada hasta hoy”, explica Nolte.
“A través de la repetición y de fotografiar muchísimas hojas, intenté ir algo más allá de su forma en sí misma, intentando detectar las imágenes que te sugieren, como si tuviéramos un vínculo que no está mediado por el lenguaje sino por la forma y la abstracción”, añade. Para el artista, fotografiar al referente lo hace desaparecer porque, en este contexto, la imagen de la hoja va más allá de su composición formal. Lo que no vemos es más poderoso.
Otros elementos del rito
Junto con esta reproducción de hojas de coca, otros elementos están ligados al ritual visual planteado por Musuk Nolte. Son imágenes que, a través de la abstracción pueden referir situaciones icónicas o simbólicas: una foto del cielo de Tinta tomada desde la casa de Túpac Amaru II, el circulo de luz reflejada en el agua durante el solsticio de verano, en el observatorio astronómico de Machu Picchu, un ceramio moche expuesto en el museo Tumbas Reales del Señor de Sipán, un río de velas conmemorando un velorio colectivo, o una calavera, la constancia de una existencia previa, que nos recuerda a la clásica ‘vanitas’: aquel género artístico que resalta la vacuidad de la vida y la relevancia de la muerte como fin de los placeres mundanos.
Para Nolte, este políptico condensa momentos y objetos que, en su potencial simbólico, dialogan con la noción del oráculo y a su vez con puntos de anclaje de la difusa construcción de la historia del Perú. “Quizás en ese regreso a la forma, a la lectura primaria de la intuición y el instinto, es donde podemos reconfigurar un nuevo sentido”, añade.
La exposición
Oráculo. Exhibición individual de Musuk Nolte
Vigil Gonzales galería, Jr. Colina 128 C - Barranco. También puede verse de forma virtual en https://www.vigilgonzales.com/
Horario: De lunes a viernes, de 10 am. a 3 pm. (Solo con cita previa, escribir info@vigilgonzales.com)
Hasta el 21 de febrero de 2021
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Fotografías que causaron diversos comentarios en redes sociales
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