Cuando era apenas un estudiante, una cinta suya, grabada de forma amateur, llegó a las manos –y oídos- de Chick Corea, que lo convocó de inmediato. Más que solo un placer musical, oír al joven Di Meola otorgarle alma a su guitarra fue un estremecimiento para él. El vanguardista compositor había encontrado un alumno aventajado. Y el tiempo, el espacio y su sonido le dieron la razón. Así se inició, en 1974, una de las trayectorias más importantes e influyentes del jazz contemporáneo. Fascinado por diversas influencias y fascinante para el público en sus ejecuciones, Al Di Meola se ha caracterizado por enriquecer la sofisticación de su estilo con una insaciable curiosidad por explorar constantemente nuevas posibilidades musicales. Fue parte del supergrupo Return to Forever, grabó o tocó con Jaco Pastorius, John McLaughlin, Jean-Luc Ponty, Carlos Santana, Steve Vai, Frank Zappa o Paco de Lucía -demostrando su constante apertura a otros géneros y ritmos-, se hizo merecedor a cuatro álbumes de oro, dos álbumes de platino y vendió millones de discos. Intuitivo, con gran capacidad de improvisación y rápido con los dedos, Di Meola llega al Perú en la segunda parte de una gira que ya lo llevó a Europa y que viene ya completando en ciudades como Montevideo, Santiago, La Paz o Lima. El maestro de la guitarra presentará, además, algunos temas de su más reciente lanzamiento, el disco Across the Universe, su particular tributo a los Beatles. Aquí su palabra.
—Algo que ha caracterizado su evolución musical es la curiosidad. ¿Qué es la curiosidad para usted?
Para mí, la curiosidad representa buscar algo nuevo, algo diferente. Es algo emocionalmente fuerte. Al comienzo de mi carrera era relativamente fácil porque recién estaba empezando y viendo cosas nuevas, pero mientras más progresas en una carrera, cuando has publicado unos 30 álbumes, como en mi caso, se vuelve más complicada esa búsqueda. Es un mayor reto conseguir muchas variaciones antes de la emoción.
—Hace unos años, la industria musical, en general, parecía más interesada que hoy en el virtuosismo musical. Se escuchaba mucho a los grandes bateristas, a los grandes guitarristas. Ahora basta ver los principales rankings para comprobar que sucede lo contrario. ¿A qué cree que se debe?
A pesar de lo que dicen los rankings, sí he conocido varios músicos jóvenes con habilidades técnicas muy interesantes, novedosas y prolijas. Pero el problema que tienen estos nuevos músicos es que les cuesta usar dichas habilidades dentro del contexto de una composición. Se concentran más en ser guitarrista-compositor, que en ser compositor-guitarrista, que es como yo también prefiero llamarme.
—Como músico virtuoso, lo vivió en los años 70, pudo ganarse un lugar importante. Ahora muchos lugares “importantes” parecen ocupados por gente que no sabe tocar instrumentos o no sabe cantar. ¿Por qué cree que está ocurriendo esto? Mucho suena más artificial, con aporte tecnológico, que ejecutado.
Es que los 60 y 70 fueron tiempos de cambios bastante explosivos, porque aparecieron artistas y bandas con diferentes canciones, crearon nuevos sonidos. Muchos llegaron de Londres, San Francisco, Los Angeles o Liverpool. Un ejemplo son los Beatles, que sacaron canciones que estéticamente eran muy bellas. A pesar de que tuvieron sus limitaciones técnicas, teniendo eso en cuenta, pudieron crear algo muy interesante, música hermosa. Lo que me pasó a mí fue que descubrí la fusión, el jazz o el rock con 15 o 16 años, inspirado por ellos. No sé si eso responde a tu pregunta… (risas)
—Precisamente, el término “fusión” se escucha hoy mucho más que antes, al menos aquí en el Perú, y hasta parece que fuera algo sencillo, pero la fusión tiene muchas complejidades. ¿Cómo halló la clave para hacerlo entre géneros tan diversos y distintos?
Parte de esto es porque tuve grandes influencias, muy positivas, desde los 9 años. En mi tienda de discos local encontré mucha buena música: The Ventures, Elvis, The Beatles, esa onda. Uno de mis profesores de guitarra fue un guitarrista de jazz tradicional que me enseñó bastante sobre teoría musical, estructura, escalas, acordes sustitutos, al mismo tiempo que fui influenciado por las canciones pop de ese tiempo. Y todo esto me dio fundamentos básicos muy sólidos que me permitieron leer y entender música y tocarla en todas las posiciones de la guitarra y me ayudó bastante en esta carrera. Y así pude ser buscado por Chick Corea cuando tenía solo 19 años y fui capaz de tocar con él.
—En más de 40 años de carrera, lo único constante en usted es la evolución. ¿Cómo conseguirla tras cada disco? ¿Qué proceso interior atraviesa entre cada grabación para continuar con su evolución como músico?
Es una muy buena pregunta. Se trata de hacer introspección, mirar hacia adentro y encontrar lo que uno tiene ahí, ver lo que viene con esperanza. Felizmente, este año, mi entendimiento con la música ha elevado mi calidad de vida. Con el tiempo, tus instintos musicales se curten, y les sumas el esfuerzo y el tiempo que puedes poner en crear cosas nuevas para evolucionar. Siento que en este último disco que viene, que he preparado desde el 2020, tuve más tiempo para trabajar, debido a las restricciones del Covid, y tuve mucho tiempo también para llegar a un lugar más profundo y dar un gran salto en estas composiciones, porque nuevamente busqué una evolución. El disco será doble y espero que les guste a mis seguidores, porque será un muy buen disco de guitarra, realmente.
—¿Cuánto hay de técnica y cuanto de sentimiento, de emoción, en sus solos de guitarra?
Espero que mucha (risas). Espero que se note bastante emoción y técnica en los solos. Pero tú sabes, el peor sentimiento, la peor cosa, es cuando tienes algo de inspiración, pero no puedes tocar limpiamente esa energía atronadora que has pensado, simplemente no tienes la habilidad para convertir eso en música y concretar esa motivación. Eso no es bueno, porque te sale una melodía sin tener la capacidad de recrearla correctamente y te sale mal una y otra vez. Entonces, puedes ser técnico o hábil ejecutor, pero sin inspiración para tocar. Pero si tocas lo mismo en un momento inspirado, pero descuidado, no hay nada peor.
—En su carrera ha tenido la oportunidad de compartir con grandes músicos. ¿Podría recordar con nosotros un poco de su experiencia con dos que ya no están? Chick Corea -en Return to Forever- y Paco de Lucía, que tuvo una especial relación con el Perú…
Cuando tenía 19 años estudiaba música en el Berklee College y Chick Corea y Return to Forever eran de mis bandas favoritas, los admiraba mucho y fui a verlos muchas veces. Le dije alguna vez a un amigo que tocar con ellos sería un sueño hecho realidad. Él, ingeniero de sonido amateur, me grabó tocando y se lo pasó a la compañía disquera de Chick e insistió en que me escucharan. De alguna manera, la escuchó y me llamó directamente y me convocó para que me una a Return to Forever. Mi primer show fue a los 19 años, en Nueva York, después de solo 2 o 3 días de ensayos. Chick Corea fue uno de mis grandes ídolos de la vida, porque era un gran improvisador y, al mismo tiempo, un compositor increíble. Y eso representaba Return to Forever para mí. Hay dos diferentes lados de la carrera: hay muchos guitarristas buenísimos, pero no son compositores. Y esta era una banda de compositores. Chick es uno de los grandes compositores de los 70, tenía un tremendo repertorio. Y a Paco lo descubro en mi primer tour europeo. Tenía 19 años y estaba en España. Todo el mundo allí hablaba sobre Paco. Compré un par de discos y me encantó. Luego, me lo presentaron y, a través de la disquera, coordinamos para hacer algo juntos. Así, sacamos el Friday Night in San Francisco, un disco extraordinario que vendió una cantidad exorbitante de copias (N. de R: fue el primer disco de guitarra acústica que superó el millón de copias vendidas) . Él fue una gran inspiración para mí también, porque siempre aprecié la influencia de los mejores intérpretes, con esa tremenda articulación y gran ritmo, y tanto Chick como Paco tenían sensibilidad por los ritmos latinos, algo que yo también tengo. Eso hizo que nos entendamos muy bien con ambos. De ahí salieron varias de mis influencias.
—Ya que hablamos de Paco y de su influencia, él recibió influencia de nuestra música. ¿Alguna vez ha considerado usted fusionar el jazz con música peruana?
La consideración viene en parte de recomendaciones y del momento correcto. Tengo que encontrar el momento exacto e inspiración en las canciones y el estilo que estoy escuchando para considerar fusionarlo. Pero es una posibilidad que tengo pendiente concretar. La fusión World Music es muy interesante para mí, es muy importante en el mundo, pero no he tenido la oportunidad de hacerlo aun con alguien que me inspire a colaborar o me invite a grabar un disco o algo. Amaría eso. Y, definitivamente, es una muy buena idea y una oportunidad que apreciaría, sería muy inspirador para mí. Así lo fue el tango argentino, la música de Piazzola, eso fue un gran giro en mi modo de pensar, al considerar los elementos de Piazzola hacia su música, que trae emociones y, al mismo tiempo, es técnicamente muy interesante y difícil. Es interesante tocar, técnicamente muy bella y, al mismo tiempo, enriquece nuestro corazón y nos lleva a un lugar como lo hace una gran pieza de música clásica. La música tiene todo para mí cuando a veces es jazz convirtiéndose en algo más. El Tango tiene un sonido muy placentero y siento que el jazz puede parecer muy intelectual. Por eso busco inspiración en música más tradicional, que muestra el balance entre capacidad técnica y la emoción que las mismas canciones tienen. Me gusta tener la mente abierta para estar dispuesto a explorar nuevos géneros para fusionar. Estoy muy abierto a algo así.
—El 2020 lanzó un álbum de versiones de los Beatles, una banda que, como nos ha dicho, fue fundamental para que se hiciera músico. Algunos quizás no entiendan cómo un músico de jazz puede sentir un vínculo tan fuerte con los Fab Four. ¿Por qué siguen siendo especiales para usted?
Porque las composiciones son, en su mayoría, grandiosas. Analizando cada pieza, tienen una gran complejidad armónica y melódica que puede usarse como punto de partida. Por ejemplo, Michelle, una hermosa melodía, bellísima, o podemos ir a otras, como Penny Lane o Strawberry Fields Forever, que usa acordes de jazz que pueden ir bien con mi estilo y les da matices y colores a las composiciones. Quizás ellos no sabían que eran jazz, pero tienen las bases, los fundamentos que nos permiten conectar. Sus canciones tienen los ingredientes que permiten conectar las emociones de todas las personas a sus canciones y es algo que yo hago bastante. En este planeta hay, usualmente, gran música que podemos hacer y la vida te enseña que hay otra que no puede igualarse.
Fecha: jueves 9 de marzo
Hora: 8 p.m.
Lugar: Gran Teatro Nacional
Dirección: Av. Javier Prado Este 2225 San Borja
Entradas: Joinnus
https://www.joinnus.com/events/concerts/lima-al-di-meola-en-lima-52430
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