Conocida como la “Rapunzel” de Argentina, Antonella Bordon dejó crecer su extensa cabellera cuando todas las escuelas se vieron obligadas a cerrar su puertas para evitar la propagación de la pandemia de COVID-19. Fueron en total 260 días sin asistir de manera presencial y, durante dicho periodo de tiempo, el pelo le llegó hasta los tobillos y finalmente se lo cortó para cumplir con una promesa que hizo. Conoce más sobre su inspiradora historia de vida.
Antonella es una de las millones de niñas en el mundo que tuvo que convivir con la educación a distancia digital, debido al confinamiento. La menor de 12 años vive en una casa de Buenos Aires con su madre y otra de sus hermanas, las mismas que se encargaban de peinarla a diario y brindarle a su cabello todos los cuidados para mantenerlo fresco, de acuerdo con ABC.
Debido a que no podía reencontrarse con sus amigas, la menor hizo una singular promesa: dejarse crecer el cabello hasta el día que retornen las clases presenciales en su país. Fueron en total 260 días sin ir al colegio y, durante ese tiempo, su cabello le llegaba hasta los tobillos, al estilo Rapunzel.
Fotógrafa documentó el día a día de Antonella
La fotógrafa argentina, Irina Werning, quien ha documentado a niñas argentinas con cabello largo durante varios años, se interesó por la historia de Antonella. De esta manera, se encargó de fotografiar su día a día para realzar la importancia que tiene llevar el pelo largo para las mujeres latinoamericanas.
La fotógrafa llamó a esta serie fotográfica “La Promesa”. “La mostré haciendo clases de Zoom. La capturé en momentos en los que estaba muy ansiosa por su futuro, la fotografié ayudando en la tienda. La fotografié en situaciones muy limitadas porque no veía a sus amigos ni hacía nada; pero su cabello era el protagonista de todo”, dijo Werning.
En septiembre, las clases presenciales regresaron en Argentina y Antonella se cortó la larga cabellera. De acuerdo con los medios nacionales, será donado para la elaboración de pelucas para pacientes oncológicos.