Diogo aprovechó una noche de diversión para comprar un caballo. (Imagen: Pixabay / diogomachaado_)
Diogo aprovechó una noche de diversión para comprar un caballo. (Imagen: Pixabay / diogomachaado_)
Redacción Mag

Su mala decisión de mezclar el alcohol con las compras impulsivas se convirtió en una pesadilla para un joven de la localidad de Dourados, Brasil, llamado Diogo Machado. Según relató él mismo a través de su cuenta de Instagram (), que no tardó en ser replicada en varias , se convirtió sin querer en el flamante dueño de un caballo tras sumarse a un grupo de WhatsApp de una subasta online cuando tomaba con unos amigos en su casa.

Sin pensarlo dos veces, Diogo aceptó la invitación y el alcohol comenzó a hacer efecto. De pronto, el protagonista de esta encontró un caballo que se vendía a muy bajo costo e ingresó a la disputa. “Recuerdo que una persona ofreció 100 reales (unos 20 dólares) por un caballo”, comentó el muchacho en .

Ganó la subasta

En ese sentido, Machado pensó que el valor “era demasiado barato” y empezó a “ofertar más”. “Yo oferté R$ 100, luego R$ 200, R$ 450 y luego jugué R$ 520 (...) Nadie hizo una oferta más alta y cuando me di cuenta ya me había comprado el caballo”, agregó.

Diogo no imaginó que se llevaría el caballo en la subasta en línea. (Imagen referencial: Pixabay)
Diogo no imaginó que se llevaría el caballo en la subasta en línea. (Imagen referencial: Pixabay)

De acuerdo con Diogo, en el momento de la compra “no estaba tan sobrio” y que tras el remate salió a divertirse. “Cuando me di cuenta había comprado un caballo. No sé cuidar un perro, ¿Cómo puedo cuidar un caballo?”, bromeó.

Amaneció sin recordar nada

Al día siguiente de la subasta, el chico de 24 años se despertó con mensajes en los que le consultaban cuándo recogería el animal y cómo pagaría. “Me desperté con mensajes que me hablaban del precio de la subasta. Estaba en estado de shock y mi madre me quería matar porque yo no recordaba lo que había pasado”, confesó Machado.

A raíz de ello, el joven entró en desesperación porque tenía que encontrar la manera de ubicar al equino, de nombre Alazão, en algún lugar y también debía reunir el dinero para cumplir con la oferta. “El caballo está en Novo Horizonte do Sul, pensé que solo era cuestión de ponerlo en la carreta y partir, pero necesita un documento y el transporte era más caro que el caballo”, explicó el hombre.

Solucionó su problema

Ante esta situación, el brasileño puso a la venta el caballo y pidió ayuda en Internet para conseguir un comprador. Tras varios días, Diogo logró pagar la subasta y vendió el animal. “Solo estuve tranquilo cuando vendieron el caballo, mi madre me quería matar. Mucha gente me ayudó”, concluyó Machado.


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