En noviembre de 1985 un hombre fue asesinado en su casa de Colorado (Estados Unidos). Por desgracia, muchos casos se quedan sin ser resueltos. Sin embargo, éste cuenta con una peculiaridad: la evidencia de ADN tomada de una botella de agua utilizada presuntamente por el sospechoso del asesinato durante un vuelo ayudó a los investigadores a resolver el crimen 36 años después. Ésta es la historia.
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La víctima, Roger Dean, fue asesinado en su casa de Colorado el 21 de noviembre de 1985. El presunto asesino habría ingresado a la casa con su rostro cubierto con un pasamontaña y obligó a Dean a amarrar a su esposa, le exigió US$30.000 pero luego, ocurrió un altercado que terminó con disparos.
El sospechoso fue visto por última vez corriendo por la calle de su vecindario y dentro de un vehículo que, según testigos, se alejó a toda velocidad.
Michael Jefferson, de 64 años, es ahora el sospechoso del crimen, anunció a principios de este mes el alguacil del condado Douglas, Tony Spurlock. Ahora enfrentará cargos por asesinato en primer grado y secuestro, y fue extraditado de la ciudad de Los Ángeles a Colorado a principios de este mes.
Se estima que Jefferson comparezca ante la Justicia de Colorado este mes y se encuentra ya detenido sin derecho a fianza. Michael Jefferson enfrentará ahora cargos por secuestro y asesinato después de ser arrestado en un caso sin resolver del condado Douglas desde 1985.
El pelo en el pasamontaña dejado en el lugar del crimen finalmente resolvería el caso, según una declaración jurada de arresto hecha pública. La tecnología de 1985 no pudo deducir información de ADN útil a partir de esa pequeña evidencia, pero en el año 2003, la Oficina de Investigación del estado de Colorado (CBI) finalmente pudo desarrollar un perfil e ingresarlo en una base de datos nacional.
En 2018, los investigadores hicieron que otro laboratorio desarrollara un análisis diferente, y en 2020, un investigador que estaba bien versado en la genealogía del ADN pudo determinar las personas que probablemente eran los padres del sospechoso, según la declaración jurada recogida por Telemundo.
De acuerdo a la declaración jurada, la investigación reveló que Jefferson vivía en Colorado en el año 1985 y tenía antecedentes penales en la ciudad de Denver. La policía comenzó a seguir a Jefferson y dos oficiales abordaron el mismo vuelo que él entre las ciudades de Los Ángeles y Nueva Orleans.
“Durante el vuelo, los detectives vieron a Michael bebiendo de una botella de agua de plástico”, dice la declaración jurada. “Michael desechó la botella de agua y se la entregó a una asistente de vuelo para que la tirara a la basura. Los detectives recogieron la botella de agua de los desechos sin que Michael lo supiera”.
Más tarde, las pruebas de CBI determinaron que el ADN encontrado en la botella de agua era consistente con el perfil de las muestras recolectadas del pasamontañas en 1985.
En 1990, la esposa de Dean recibió numerosas cartas y llamadas telefónicas de un desconocido que le exigía que devolviera los US$150.000 que, según él, le debían. La persona que escribió la carta amenazó con matar a la hija de la pareja e incluyó detalles sobre el asesinato que los investigadores creen que nadie más que el sospechoso lo sabría.
Luego, el caso excedió el plazo de prescripción, y debido al exceso en los plazos los investigadores se vieron obligados a archivar el caso y nunca pudieron determinar quién escribió las cartas de extorsión o hizo las llamadas.
Si bien la declaración jurada detalla cómo los investigadores vincularon a Jefferson con el crimen con evidencia de ADN, no explica el móvil del asesinato de Dean ni aclara su relación con el sospechoso. Dean era un padre de familia que, según Spurlock, tenía una próspera vida empresarial en Denver.