Más de 240,000 canadienses han firmado una petición parlamentaria solicitando que se le retire la ciudadanía canadiense y el pasaporte a Elon Musk por ir “en contra del interés nacional” de Canadá. La petición, presentada el viernes pasado, acusa al empresario de usar su riqueza y poder para influir en las elecciones canadienses y de intentar borrar y atacar la soberanía canadiense. La controversia ha generado un intenso debate sobre la influencia política y el papel de las figuras multimillonarias en la política global.
Musk respondió a la petición en X (anteriormente Twitter), la plataforma de redes sociales que compró en abril de 2022, con un mensaje controvertido: “Canadá no es un país real”, el cual eliminó poco después. Esta declaración solo avivó el debate, ya que muchos canadienses la interpretaron como una falta de respeto. En un momento en el que la soberanía canadiense está bajo escrutinio, este comentario fue visto como una provocación innecesaria.

EL PASADO CANADIENSE DE ELON MUSK
El multimillonario, nacido en Sudáfrica, abandonó su país natal a los 17 años y llegó a Canadá en 1989 con solo US$2,000, una mochila y una maleta llena de libros. Obtuvo la ciudadanía canadiense gracias a su madre, Maye Musk, quien nació en la provincia de Saskatchewan. Actualmente, Musk posee triple ciudadanía en Sudáfrica, Canadá y Estados Unidos, lo que le ha permitido navegar con facilidad en los círculos empresariales y políticos de Norteamérica.
Según el Globe and Mail, Musk trabajó en un aserradero en Vancouver durante su estancia en Canadá, antes de asistir a la Queen’s University en Kingston, Ontario, durante dos años. También vivió en Toronto durante un tiempo y durante ese tiempo no tuvo amigos ni vida social, por lo que se dedicó principalmente a leer o trabajar con la computadora.

EL RECIENTE DRAMA DE CANADÁ CON TRUMP
La controversia se intensificó debido a la estrecha relación de Musk con Donald Trump. Musk apoyó públicamente a Trump antes de las elecciones presidenciales de 2024. Trump declaró recientemente que usaría la “fuerza económica” para absorber a Canadá y convertirlo en el estado número 51 de Estados Unidos, un comentario que generó una fuerte reacción en Canadá. Andrew Furey, ex primer ministro de Terranova y Labrador, calificó estas declaraciones como una amenaza grave a la soberanía canadiense.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, rechazó contundentemente la idea, afirmando: “No hay la más mínima posibilidad de que Canadá se convierta en parte de Estados Unidos”. Sin embargo, poco después de hacer esta declaración, Trudeau anunció su renuncia en enero, lo que dejó un vacío de liderazgo en un momento crítico. La tensión entre Trump y Trudeau también se vio reflejada en las discusiones sobre los aranceles estadounidenses del 25% sobre productos canadienses, que Trump decidió pausar durante 30 días.
A pesar de sus lazos con Canadá, el drama político que rodea a Musk ha puesto en duda su lealtad nacional. La petición para revocar su ciudadanía plantea preguntas sobre los límites de la doble o triple nacionalidad en el contexto de la influencia política global. ¿Debería Musk responder a los intereses de Canadá, Estados Unidos o Sudáfrica? ¿Puede un empresario de su calibre permanecer políticamente neutral cuando sus empresas y opiniones afectan a países enteros?

Periodista con experiencia en redacción y creación de contenido digital. Soy licenciado de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Trabajé en medios de comunicación y agencias de marketing. Experiencia también como fotógrafo en campos deportivos.