En la apacible localidad de Hinsdale, New Hampshire, vivió un hombre llamado Geoffrey Holt, cuya vida simple y modesta ocultaba un sorprendente secreto que impactaría a toda la comunidad.
Geoffrey Holt desempeñaba el papel de cuidador en un parque de casas móviles en Hinsdale, donde llevaba una existencia sin pretensiones pero llena de curiosidades. Vestido con ropas gastadas, los residentes lo veían recorrer el pueblo en su cortadora de césped, dirigiéndose a la tienda de conveniencia o estacionado a lo largo de la carretera principal leyendo un periódico o simplemente observando los autos pasar.
A pesar de haber enseñado educación vial a estudiantes de secundaria, Holt renunció a conducir un automóvil y optó por una bicicleta, y finalmente, por la cortadora de césped. Su hogar en el parque de casas móviles carecía de muebles, sin televisión ni computadora, y las patas de la cama atravesaban el suelo.
“Sí parecía tener lo que quería, pero no quería mucho”, comentó Edwin “Smokey” Smith, mejor amigo y antiguo empleador de Holt.
Sin embargo, la vida de Geoffrey Holt tomó un giro inesperado al fallecer a principios de este año, revelando un secreto asombroso: era multimillonario. Más sorprendente aún, decidió legar toda su fortuna a la comunidad de 4,200 habitantes de Hinsdale.
En su testamento, Holt dejó instrucciones concisas: 3.8 millones de dólares para la ciudad de Hinsdale, destinados a beneficiar a la comunidad en áreas como educación, salud, recreación y cultura.
“Creo que nadie tenía idea de que había tenido tanto éxito”, expresó Steve Diorio, presidente del consejo selecto de la ciudad. “Sé que no tenía muchos familiares, pero aun así, dejarlo a la ciudad donde vivió... Es un regalo tremendo”.
El dinero podría tener un impacto significativo en esta localidad a orillas del río Connecticut, enclavada entre Vermont y Massachusetts, con abundantes oportunidades para practicar senderismo y pesca, así como pequeños negocios locales. Algunas propuestas de los residentes incluyen mejorar el reloj del ayuntamiento, restaurar edificios históricos o incluso adquirir una nueva máquina para contar votos en honor a Holt, quien siempre se aseguraba de votar. Otra posibilidad es establecer un curso de educación vial en línea.
Las organizaciones podrán solicitar subvenciones a través de un fondo fiduciario administrado por la New Hampshire Charitable Foundation, con aproximadamente $150,000 disponibles anualmente.
Kathryn Lynch, administradora municipal, afirmó que Hinsdale utilizará el dinero de manera frugal, siguiendo el ejemplo de Holt.
El mejor amigo de Holt, Smokey Smith, quien también fue designado como albacea de su patrimonio, descubrió la fortuna de Holt en los últimos años. Conocía sus diversos intereses, desde coleccionar cientos de autos y trenes en miniatura hasta libros sobre historia, con Henry Ford y la Segunda Guerra Mundial entre sus temas favoritos.
Holt también compartió con Smith que sus inversiones estaban siendo más exitosas de lo esperado y no sabía qué hacer con el dinero. Fue entonces cuando Smith sugirió que recordara a la ciudad.
“Me quedé atónito cuando descubrí que todo había ido a la ciudad”, comentó Smith.
La hermana de Holt, Alison Holt, de 81 años y residente en Laguna Woods, California, recordó que su hermano tenía dislexia y una discapacidad de aprendizaje. A pesar de esto, era inteligente en ciertos aspectos y compartía con su padre el valor de no desperdiciar dinero e invertir sabiamente.
Geoffrey y Alison crecieron en Springfield, Massachusetts, en un entorno estricto y frugal. Holt, a pesar de su éxito financiero, no necesitaba mucho para ser feliz y evitaba llamar la atención. Su hermana recuerda que su principal objetivo en la vida era asegurarse de que nadie notara nada, para evitar problemas.
Aunque no hablaban mucho sobre dinero, Geoffrey siempre le preguntaba a Alison si necesitaba algo. Ella lamenta que su hermano no se permitiera disfrutar un poco de la vida.
Geoffrey Holt, quien sufrió un derrame cerebral hace unos años, falleció a la edad de 82 años. A pesar de sus problemas de movilidad, siempre mostró una actitud positiva y nunca se quejó. Holt dejó un legado que impactará positivamente a la comunidad de Hinsdale, demostrando que, a veces, las personas más modestas pueden tener los corazones más generosos.