Muchas cosas pueden ocurrir durante un turno de trabajo en un restaurante. Ya sea por el comportamiento de un cliente o por el error cometido por algún empleado, quienes se dedican a este tipo de labores están acostumbradas a ver prácticamente de todo.
Sin embargo, una mujer jamás imaginó que un tremendo descuido sería el causante de que el teléfono del establecimiento desaparezca sin que nadie se diera cuenta.
“Mis compañeros de trabajo viéndome empacar nuestro único teléfono durante la hora pico”, escribió la persona a cargo de la cuenta de TikTok del restaurante Neri’s Cafe And Mexican Grill, ubicado en Nueva Jersey, Estados Unidos.
En las imágenes captadas por las cámaras de seguridad, se observa que la trabajadora en cuestión toma sin querer el teléfono y lo coloca dentro del pedido de un cliente.
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El video se volvió viral y generó mucha confusión
El registro se volvió viral y, en la sección de comentarios, el dueño de la cuenta del restaurante explicó que, una vez que descubrieron lo sucedido, pudieron recuperar el equipo tras ir a la casa del cliente.
El hecho provocó confusión entre los usuarios, quienes no se explicaron cómo fue que no se dieron cuenta de que habían perdido su herramienta de trabajo.
“¡Guau, se volvió mucho más lento! Hace unas horas que no escucho sonar el teléfono” o “El cliente probablemente estaba tan confundido”, escribieron las personas.
Cómo sucedieron los hechos
En conversación con el sitio Daily Dot, la protagonista del clip dijo que su esposo pensó que ella había tirado el teléfono a la basura sin querer. Sin embargo, revisaron el registro de las cámaras de seguridad y comprobaron que había sido colocado en un pedido de delivery.
Cuando el cliente recibió la comida en su casa quedó muy impactado. “Él estaba muy confundido”, comentó la dueña de Neri’s Cafe.
Gracias a que conocían a la persona, un consumidor habitual del lugar, lograron contactarlo para avisarle lo que había pasado. “Lo llamé desde mi móvil y le pregunté: ‘Oye, ¿he metido un teléfono en la bolsa esta noche?’. Y me contestó: “¡Dios mío, sí!”, relató la mujer.